08 noviembre 2011

A nada

Vulnerables, así somos cuando no hay nadie en la puerta de nuestro corazón: patetica e irremediablemente vulnerables al amor. Creemos que el amor de nuestra vida es la primera mosca que ronda por nuestra cabeza, cuando tanto no lo es. Confundimos amor por compañia, inventamos historias y finales felices... e imposibles.
Finalmente, nos enredamos en el desenredo más desenredado... hasta que despertamos.

Despertamos y nos damos cuenta que no hay mariposas, no hay historia y no hay finales felices... aún. Ya llegarán, eso sí, pero aún no es el tiempo ni el momento indicado.

Todo a su ritmo y ahora, que mi ying amoroso le ganó al yang temoroso, puedo decir que mi ritmo esta abierto a la dirección del amor.

Y mientras eso no llegue, de la diversión.

03 noviembre 2011

Es sonreír sin darte cuenta... es sonreír.

01 noviembre 2011

No existen corazones compartidos,
sin embargo, aunque ya estes tomado, yo te quiero para mi.


Tan imposible, tan prohibido y, lo peor, es que tanto me gusta. 


30 octubre 2011

Cuestion de segundos

Hoy... hoy pensé en él.
Y no digo que nunca lo haga, porque a veces lo hago, pero de una manera diferente a la de hoy. Cuando pienso en el, usualmente, recuerdo los momentos que pasamos, sin sentimientos ni remordimientos de por medio. Sólo recuerdo. Nada más. Sin embargo, algo en mi forma de pensar cambió hoy. Algo pasó ayer que hoy, me hizo cuestionar si lo que hice estuvo bien. No me arrepiento y nunca lo haré, pero ¿En serio he tenido que pasar por el descontrol más descontrolado para darme cuenta que quizás él y yo no éramos tan distintos? ¿En serio tuve los motivos suficientes  como para dar vuelta atrás dos veces? ¿Cómo hubiera/hubiéramos sido de haber estado juntos?
¿Cómo hubiera cambiado todo?

Y aquí vienen las palabras que cambiaron, hoy, mi forma de pensar en él (aunque sea unos minutos) ¿Qué hubiera pasado si... ? No es que lo quiera de nuevo en mi vida, no es que me arrepienta, no... sólo... sólo cuestiono y pregunto.

E imagino.

Y al segundo olvido porque si hay algo muy claro en mi mente es que él fue superado antes de lo que debió ser superado. A él lo olvidé antes de haberlo olvidado y eso nunca va a cambiar.

Sólo que hoy, después del sábado más no apto de mi vida, después del sábado más "putamadre María Claudia", vi la puerta que llevaba su nombre y me dio mucha curiosidad saber qué había detrás, pero eso es algo que nunca sabré y que, en serio, mañana me dejaré de preguntar.

18 octubre 2011

Nosequé

PB. says:
 yo fui...
 yo te visite
 tu "no estabas"

Reapareció, inesperadamente, él reapareció; para variar, él reapareció; como siempre, como, nunca, él reapareció. Y no vino solo, trajo bajo la manga siete palabras que hicieron un nosequé en mi día. 
Un nosequé, que perfecta palabra, María Claudia, nosequé. Sí, así como lo es él: un "nosequé", porque amigo no es, no; algo más, tampoco... definitivamente no. Y  ni siquiera esas son cosas que tú quisieras que él sea... y es que ya pasaron tantos años, tanto tú cambiaste desde que tenías 14 y ahora tienes 18, casi para 19. Ya sé, no es que creas que él regresa por algo en especial, pero al menos, ahora, tan cambiada, sabes que lo único que tú quieres es la libertad. En su máxima expresión, libertad y aunque aún te guste esa canción de Pedro Mo e inclusive la escuches en estos momentos sabes que esa conversación debe durar sólo un rato y luego debes despedirte, cerrar la ventana, ponerte en No Conectado y dejar que ese nosequé, siempre sea un nosequé, aún cuando se esmere en reaparecer tan esporádicamente en tu vida; aún cuando te traiga recuerdos de una María Claudia casi quinceañera, torpe, montando un skate; aún cuando te haga reír, aún así, hay nosequé's que no pueden y nunca podrán dejar de ser un nosequé.

Él es un NOSEQUE en tu vida y lo va a ser hasta que reaparezca cada que quiera en tus días. 
Un nosequé: amigo, desconocido, recuerdo, momento.

17 octubre 2011

Gajes ser universitario

Sales tarde de clase y corres al paradero. Subes a la primera combi del paradero, cierras la puerta, respiras y giras el rostro. Ahí ves a tus acompañantes de primera fila: el conductor y un chico bonito... muy bonito. Sonríes. Sacudes la cabeza y te puteas internamente: eres una tonta que sonríe de la nada. Miras a la ventana para disimular la sonrisa tonta o al menos no sentirte tan tonta. La combi pone primera y avanza. Ahora quieres verte interesante. Pones cara de interesante e, insconcientemente, tarareas una canción de Arjona. La combi  frena en el puente y maldices: 10 minutos de espera al costado de un chico lindo. Tú, él y un silencio eterno. Aj, odias los silencios, pero aún más ese silencio. Pones cara de fastidio, no, no, eso no. Ahora intentas distraer tu mente contando ovejas, pensando en alguna que otra anécdota, pero nada funciona: quieres hablarle al chico bonito. Y te pica la lengua. Quieres hablarle. Tienes que hablarle. Pasan cinco minutos, sigue el silencio y siguen tus ganas. Miras a un lado, miras al otro. 8 minutos. La combi no avanza; el ruido, tampoco. Tarareas. Volteas. Lo miras de reojo y te haces la loca. 10 minutos. Silencio absoluto. Silencio incómodo. Silencio, silencio. Fucking silencio. Le recontr quieres hablar. Ya esta dicho, le vas a hablar. Pero ¿De qué le podrías? ¿De qué hablarle a un desconocido? ¿De qué? Otra vez volteas izquierda a derecha, de derecha a izquierda y cuando te vas a dar por vencida lo ves:  "El Trome", en su máximo esplendor. Adelante con un titular más chicha que Grupo Cinco y  atrás con la malcriada de siempre. Sonríes y le pides prestado el diario al conductor. El te lo da y ni bien lo recibes, vas a la sección de deportes. Ahí esta lo que buscabas: una noticia del partido Perú - Chile, un gran titular, una gran excusa, un gran pretexto para romper el silencio. 15 minutos después de estar en el puente, la combi avanza, ojeas el diario y esperas un par de minutos más. Cuantas hasta diez y alzas la mirada "¿Cuando vuelve a jugar Perú?", preguntas, como si no supieras que juega en Noviembre contra Ecuador, en tierras ecuatorianas. "En noviembre", responde el chico. Sonríes por dentro antes de preguntar "Contra quien, sabes?" "Contra... contra..." mira al cobrador y le pregunta contra quien y tu piensas que no puede ser más lindo. "Contra Ecuador", responde el cobrador. "Allá, creo". Agrega. "Ecuador es un buen equipo?", le preguntas. Él asiente. "Va a estar jodido porque jugamos allá" dice el chico bonito y esas palabras rompen por completo el hielo entre los dos. De repente, un tema lleva a otro y terminan hablando del partido contra Chile. Ríen, putean al árbitro, maldicen los palos, las manos chilenas, vuelven a reír. Antes de lo planeado ya están en Aviación, su paradero.  Tú bajas para que el pueda bajar y él se va. Pero no sin antes despedirse de ti.
Subes al micro y sonríes. Conociste a alguien y hablaste del partido Perú-Chile con esa persona: no pudo ser un regreso más perfecto.
Y para completar tu sonrisa, lo que queda de camino, esta en rumbo a la casa de tu mejor amigo.

Que ricos pueden ser los días universitarios.

08 octubre 2011

Realismo

Estar con alguien... no es lo mío: soy un fracaso en todo lo que implique la palabra "compromiso". Por eso, siempre me quedo en la línea de partida y nunca doy el siguiente paso. Por eso, nunca avanzo hacia el camino de las relaciones y como consecuencia de tanta locura soy adicta a los pequeños grandes momentos, porque son tan efímeros como el pasar de una estrella fugaz; dulces, pero no tanto, como un buen sorrento; y penetrantes, como la pinchazón que te dan cuando van a sacarte sangre.

02 octubre 2011

I'm back

Y regresé a la maldición de un corazón sin latidos, a la diversión del alcohol en grandes copas y a las noches de besos efímeros con amanecidas de resacas eternas. Y regresé... a la era de la ilustración fundamentalista y la revolución científica, donde el amor es una de esas teorías que sólo roba risas.

Y regresé, a los amores de barra olvidados en las esquinas, regresé.

28 septiembre 2011

De primeros gustos y otros demonios.

Primeros gustos. Para muchos es una maldición que los perseguirá por el resto de sus días; para otros, un dulce recuerdo que roba sonrisas. Como sea, si hay algo que es cierto sobre los primeros gustos es que dejan una gran huella en nosotros. Son como un tatuaje permanente en la memoria y en el corazón, que no se puede borrar fácilmente. Alto, ¿Dije fácilmente? Debí decir nunca o, mejor dicho, casi nunca porque el primer verdadero gusto es algo que marca tu vida. Y sí, quizás suene muy dramático, pero es cierto: es imposible no recordar a la primera persona que te gustó, es imposible no mirarla y sentir al menos algo. Algo grande, algo pequeño, algo... simplemente algo porque esa persona fue la que le enseñó a nuestro corazón que sí es capaz de querer y cuánto es capaz de querer. Algo porque esa persona fue la que nos enseñó de arriesgarnos por lo que queríamos. Algo porque con esa persona aprendimos a que el yo, puede llegar a ser el más grande nosotros que jamás pronunciamos. Algo porque esa persona derritió un corazón de hielo y lo volvió extremadamente dulce y un poco más cursi. Algo porque por esa persona probamos el agridulce sabor de los celos en su máxima expresión. Algo porque esa persona, en pocas palabras, nos enloqueció, de los pies a la cabeza.

Algo... siempre habrá un algo que ese primer gusto nos hará sentir y ese algo, es más inevitable que respirar, porque respiramos con la razón y eso, hasta cierto punto, lo podemos controlar; sin embargo, sentimos con el corazón y eso, en ningún punto, se puede controlar.

Primeros gustos: tinta indelebre en el libro de tu vida. Nuestra vida.

Vida

Hoy fue la primera vez que sentí que realmente mi vida podía acabar. 

No miento, mientras mi papá me llevaba a la San Pablo, yo, malditamente sensible en estos días, lloraba sin llorar. Y, en ese llanto que no era llanto, también pensaba. Pensaba en mi vida: en qué había hecho con ella o qué me faltaba por hacer, en mis anécdotas en mis memorias, en mis asuntos pendientes... en todo, y en eso, tras sonreír y cubrirme los ojos, recordando,  llegué a la pregunta del año. ¿Cómo saber cuando se esta viviendo? ¿Cómo saber cuando se esta viviendo bien? ¿Lo estoy haciendo, acaso? No miento, pensé muchísimo en eso, y puedo decir que si muero, aún cuando me queden muchos pendientes, he tenido una buena vida con miles de millones de momentos únicos, pero, mejor aún inolvidables. Sí, tengo 18 y aunque no haya vivido más de lo que mis pocos años de vida me permiten, puedo decir que he vivido increíblemente bien.
Sin embargo, debo admitirlo: a ese increíble le falta un sueño. Algo tonto, algo iluso, algo furtivo, algo deseado desde que tengo consciencia: un albergue. Por eso, desde hoy, seguiré viviendo la vida como descubrí, este año, que se tiene que vivir  (cada día como si fuera el último), pero le añadiré el valor agregado de no perder de vista que cada paso de mi camino me lleve a crear mi propio albergue.

Un albergue, mi sueño... porque no hay nada que me pueda llenar más que eso: la sonrisa de un niño. Es... raro, inexplicable... indescriptible. Es algo que te llena por completo el corazón y lo alimenta con pureza, pero bueno, no diré más: quiero decir menos y hacer más.

Quiero seguir disfrutando cada segundo de mi vida, pero ahora vivir mi vida para mi y para quienes más lo necesitan. Quiero, ilusamente, cambiar el mundo. Dejar mi huella en pequeñas sonrisas. Dejar mi nombre tatuado en la alegría de pequeños... quiero, eso quiero.

Y obviamente, seguir viviendo como lo estoy haciendo. Ahora que encontré ese balance no hay nada que me detenga de explayarme en ambas cosas al máximo. Nada.

Y ahora iré a dormir, definitivamente una picadura de araña no se compara a un problema cardiaco, pero sí hay algo  que tienen en común:  las medicinas de ambos te drogan terriblemente.

27 septiembre 2011

Un poco de paz

No la veía desde que tenía 4. No la veía desde que tenía 4 años y hoy la vi... en mis sueños, a ella, tan ella... a  mi abuelita.

Fue un sueño raro, algo loco, desequilibrado, casi como suele ser mi vida. Una reunión (extrañamente en la casa de mi abuelo), amigos, alcohol, juegos...hasta ese entonces todo normal; sin embargo, cuando alguien puede viajar en el tiempo sabes que lo normal pasa a ser irracional; cuando alguien regresa y dice que vio a Hitler tu sólo puedes preguntarte qué demonios fumó; y cuando te dicen que ayudaron a construir una de las pirámides de egipto, no sólo te preguntas qué demonios fumó, sino le preguntas si tiene más para probar.

Y eso hice, en mi sueño claro.

Seguí los pasos que, según el patrón, me llevarían a cualquier momento loco en el tiempo y, sin embargo, tras decir unas palabras en quechua mirando un  reloj, no me cambié de lugar, pero eso sí, todos habían desaparecido. Yo seguía en la casa de mi abuelo, pero no había nadie. Intrigada, fui a la habitación más cercana, pero estaba igual que la sala y el comedor: vacía. No tenía miedo, eso lo recuerdo con claridad; por el contrario sabía que había algo especial, sabía que, inclusive, la vería. Así que no pensé dos veces antes de visitar el segundo piso. Y en el cuarto principal vi a mi abuelo, escribiendo una carta. Él me saludó y sólo atinó a decir "Tu abuelita esta en el otro cuarto".

En esos momentos corrí, corrí como la maratón del final de mis sueños; abrí la puerta y la vi. Echada en la cama, con una sonrisa, estaba ella: mi abuela. La misma del corazón y alma noble, la misma que no veía desde los 4, antes que falleciera. Ella. La misma. Yo no tenía miedo, lo recuerdo, sólo ansias. Ansias de verla y abrazarla. Ansias de un abrazo. Ansias. Ansias. Me acerqué a ella y sus labios sólo pronunciaron "Echate hijita.".

Y la obedecí.

Me eché a su lado y la abrace; llorando, la abracé mientras sentía una extraña paz, tranquilidad y alegría recorrer cada centímetro cuadrado de mi cuerpo. La paz, tranquilidad y alegría que necesitaba y que, curiosamente, había pedido horas antes, saliendo a las diez de la noche de la universidad.

Esa paz, tranquilidad y alegría, ella me las dio. Su abrazo me calmó. Recuerdo haber escuchado un "todo estará bien" de su parte y, después, un último abrazo suyo.

Uno de esos abrazos que no quieres que acaben nunca, uno de esos abrazos que te hacen despertar llorando.

Uno de esos abrazos que me hizo despertar llorando y seguir llorando diez minutos después.

Fue muy real, muy vívido... muy puro.

Siempre supe que había alguien que me cuidaba en cada aventura suicida a la que me expongo día a día (literalmente suicida), ahora sé que ella es la que me cuida, o una de las personas que cuida por mi.

Aún recuerdo sus palabras "Todo estará bien" y, hoy, todo estuvo de maravilla. Fue un día perfecto de no preocupaciones, mejores amigas y hablar de la vida.

Gracias abuelita. Gracias y te amo. No hay más que pueda decir.
Gracias por la paz que me diste, te juro que cada sonrisa que doy desde hoy, destila tu alegría, una pura alegría.

Y gracias porque por ti, hoy me siento increíblemente viva.

25 septiembre 2011

Un gusto conocerte...

...así haya sido una hora de risas, bailes y pasos descoordinados; así tú seas tan tú y yo tan yo; así tus pasos de regresen hacia otro camino; así ni recuerdes quien soy al amanecer... y no me preocupe por darme a re-conocer, así... fue un gusto conocerte.

22 septiembre 2011

Tan, tan, taaan

Si tan sólo supieras lo que en ese entonces no sabías, lo que en ese entonces ni yo sabía, mucho hubiera sido distinto... quizás todo... o quizás nada... 

Pero bueno, ahora lo tengo todo claro ¿claro? claro... ¡claro! eh...¿claro?... claro que no, claro que sí, claro que estoy loca (clarísimo que sí): un día solo quiero diversión; el otro, amor; pasado mañana querré un beso tuyo y cuando amanezca no querré ni recordar tu número. 

Así soy yo y estoy segura no soy la única. Apuesto mi desorden que a que cada una de nosotras tiene un pequeño lado retorcidamente bipolar que no hace más que imaginar miles de millones de momentos que nos que nos dan la sonrisa más dulce y orgásmica de la vida o, también, el puchero más curvado y tirano que nuestro rostro jamás ha trazado; que nos hace volar a lo más alto del cielo y luego nos lanza, sin piedad, al sétimo infierno;  y, aún cuando podamos llegar a odiar ese pequeño lado retorcidamente bipolar, aún cuando sepamos que nada de lo que imagina es cierto, cada que estamos solas, volvemos al ruedo.

Y esta es la noche donde creo saber que quiero: comienza con di, termina con sión.
Ahora sólo me falta ver... para te.

12 septiembre 2011

Martes 4:48 a.m

Media caja de cervezas: S/. 50
2 porciones de papas: S/. 5
1 pan con pollo precario: S/. 1.2

Terminar borracha un lunes con dos de tus mejores amigas frente a tu universidad no tiene precio.

06 agosto 2011

Sábado fishero I

Esta es una historia que si quiero recordar, así que la contaré, pero seré breve.

Fish. Amigos. Previos inesperados en la casa de alguien inesperado. Dos rones en cuarenta minutos. Llegamos a fish tarde. Entro con el alguien inesperado y él se comporta como todo un caballero. Cervezas. Bailes. Habladurías. Yo me desaparezco y él también. Pasan las horas, nos encontramos. Pasan minutos y con mis amigos nos vamos.

A su casa.

Alguien vomita, yo lo busco. El inesperado me encuentra. Termino en el cuarto de su papá. Me quiere besar. No atraco. Hablamos de la vida. Reímos. Me hace cosquillas. Me tengo que ir.

Me paro y digo que me voy.

Él quiere llevarme en carro. No lo dejo. Me acompaña a tomar taxi. No me niego. Hablamos, reímos. Quiere pagarme el taxi... odio que siquiera lo mencione. Se lo digo. Él menciona algo de salir a comer y yo sonrío. Saca dinero y luego esperamos al taxi. El taxi no llega y, de repente, el me señala el cielo: "Mira, ahí vivo". Ilusamente miro.

No ilusamente, él me da roba un pico.

Le tiro un puñete en el hombro y siento que me sonrojo.

Llega un taxi, lo paramos y me voy. Sonriendo, me voy.

01 agosto 2011

Solo sé que nada sé

Sé que no escuchas mi canción, ni que preguntas por mi voz; sé que no cruzo por tu mente, ni cruzo por tu corazón.  Lo sé, yo lo sé, pero en noches como esta donde la música cesa, mis pies descansan y el cansancio llama, tú estás más latente que el tic tac de un reloj.

Y sé que esto pasará cuando la música comience, mis pies bailen y el cansancio cese... pero, mientras tanto... solo sé que, particularmente hoy, nada sé.

30 julio 2011

Tengo un raro antojo de ser tu amiga, pero tú...

¿Se puede retomar la amistad en cenizas de amores nunca consumados? Mi desarrollado sentido de superación dice que sí, tanto como mi sentido de realidad dice que lo olvide, porque no importa cuanto yo lo quiera si al final de cuentas no se puede.

28 julio 2011

Ludopata de la vida

Esta ingrata, que vive y luego escribe, ha vivido, cantado, bailado, jaraneado, amigueado, familiado, tomado, tomado en exceso y vivido tanto, en estas ultimas semanas, que olvidó escribir. Así que sólo resumiré mis días con una frase que amé desde el instante en que la escuché: "La mitad de lo que hemos vivido hace mas ruido que el ruido de un cañon".  

Y es tan cierto: los momentos que hemos vivido son efímeros, punzantes, penetrantes, impredecibles, pero, sobre todo, bombardeantes. Bombardeantes porque balean nuestra memoria a cada minuto con personas, palabras, acciones y contextos únicos, que nos toman de rehén y, antes de que lo imaginemos, nos meten en el adictivo juego de vivir.

Donde el camino es fructuoso y cada tanto, tenemos dos opciones: esquivar los momentos o, mejor aún, tomarlos y dejar que pasen por cada centímetro cúbico de nuestro cuerpo. Si los tomas, los sientes y es así como yo estoy pasando mis días: viviendo y sintiendo.

Los detalles vienen pronto, pero mientras lo resumiré a diversión, libertad, familia, amistades viejas, actuales y nuevas, mucho alcohol y un poco de poco control.

24 julio 2011

Sólo diré una frase: los años maravillosos.

Sí, estos son.

11 julio 2011

Sin título

Hoy me levanté de un humor muy especial, hoy me levanté enamorada. No de alguien sino, simplemente, enamorada. De una forma muy cursi y pegajosa. De una forma donde abres los ojos al despertar y sabes que, a pesar de nunca haberte enamorado, quieres escribir del amor.
De esa forma condenadamente cursi que viene a mi unas mil a las quinientas.

Así que hoy, escribiré del amor, pero no de lo que es ni de como se siente ni de tantas cursilerías más, porque me estaría engañando: no las he sentido en todo su explendor y escribir de ello sería fingir que si. Así que hoy, hablaré de las historias de amor que más me gustan: la del one night stand, la de los amigos y, mi favorita, la de los mejores amigos.

La historia de amor del one night stand es simple y sencilla (le sucedió a mi mejor amigo con su ex enamorada), estás en una reunión o fiesta y, de repente, sucede: ves a alguien a lo lejos y sólo puedes pensar "Tengo que bailar con él". El momento se da y bailan, aquí sucede lo "mágico" (exceso de cursi): tienen química. Un par de risas, un par de temas de conversación, uno de los dos mete cara y el beso se da. Después de un par de horas llega la parte decisiva: termina la fiesta. Probablemente nunca más vuelvan a saber del otro, pero de ser así... de ser así quizás salgan más adelante y más y más y más.
El resto es historia. Una de amor, probablemente.

La otra historia de amor, es la de los amigos: alguien que ya conoces, alguien con quien en algún momento, quizás en un principio, te sentiste atraído. Con él mantuviste largas conversaciones: en algunas partes pecaron en gileras; en otras, de tiernas. Ambos saben que hay atracción, química y las variables de la fórmula de una relación, es por eso que en algún momento uno da el primer paso: poner te quiero. El otro tiene que responder y si pone te quiero, el semáforo cambió a luz verde y el resto es historia.
Una de amor, probablemente.

Ahora, at last but not least, viene mi historia favorita: la de los mejores amigos. Fui testigo de esta historia durante cuatro años de mi vida en secundaria y puedo decir que esta es la historia de amor  más... más... ni siquiera tengo palabras para describirla. No las tengo, no las hay. Es algo tan puro, tan real, tan único. Es despertarte un día enamorada de aquel que conoce todo de ti y de aquel de quien tu conoces todo y sentir un terremoto de diez grados en tu corazón para el cual jamás ensayaste simulacro. Y es que este amor es así: viene de repente, sin preámbulos ni advertencias; viene, llega y se instaura en cada rincón de tu ser. Es la maldición más dulce que puede tocarte; es el encanto más maldito. Es... simplemente es. Es querer a la otra persona por lo que es, por como es y por quien es. Es conocer cuando miente, cuando ríe de verdad, cuando es por compromiso, cuando engaña, cuando odia y cuando ama.
Es conocer cada letra de su ADN y, aún con todos los errores que presente, quererlo.
Eso es.
Y es por eso que las historias de amor de los mejores amigos, son mis favoritas. Porque son las más puras, las más reales, las que demuestran tanto sentimiento en una sonrisa, eso son.

Fui testigo de esta historia en secundaria: mis dos mejores amigos, de repente, una noche sintieron la atracción. Desde ese día, cayeron en el limbo y fueron tres largos años de jugar a cruzar y no cruzar la frontera que separaba una amistad de una relación; sin embargo, aún sin saber qué eran realmente, ambos se querían de una forma pura, única y especial, hasta que él la cagó.
El resto fue historia. Su historia.

10 julio 2011

It I

"Lo más hermoso de la vida es invisible a los ojos"

Y eso es una de las tantas cosas que aprendí en lo que va del año.

08 julio 2011

Yo no pienso/quiero hablar de finales otra vez... y menos en prosa IV

Hablando de momentos, acabo de recodar el momento del sábado. Tú, como siempre, ahí: con un vaso de whisky en mano,  de cerca, me cedes tus labios.

Más de cerca, yo te cedo... mi mano.

Una mueca tuya, una girada de rostro mía y, como nunca... y, como siempre, un beso... en la mejilla.

Yo no pienso/quiero hablar de finales otra vez... y menos en prosa III

Ahora mi conciencia tendrá que superarlo: yo, definitivamente, no quiero hablar de finales.

Así que aquí estoy otra vez, volviendo a hablar de  momentos y, a esta hora de la madrugada,  sólo cruzan dos palabras por mi cabeza: malos momentos. O bueno, aquellos momentos que creemos son malos, y digo creemos porque si algo aprendí desde que tengo uso de razón, es que si bien hay momentos terribles, vergonzosos, traumantes, incómodos, fastidiosos... todos tienen una cosa buena en común: cada uno dura lo que dura el momento. 

No sé si me explico... creo que no, pero lo que quiero decir es que, por ejemplo, puede pasar que una noche de aquellas donde estás excesivamente feliz te embriagas y, en tu inconsciencia, terminas besando hardcoremente a ese chico con el que la pasaste bien, una semana atrás.

Él dice muchas cosas, pero tú, bajo los efectos del alcohol, sólo lo quieres besar... besar. 

Y besar.

Al día siguiente te levantas con un terrible dolor de cabeza y con escasos fragmentos de la noche anterior. En esos momentos, te miras al espejo y maldices haber tomado tanto; luego, mientras te cepillas, maldices haber quedado como una de tantas; y, después, cuando estás a punto de tirarte otra vez en tu cama, maldices no recordar casi nada de lo que él había dicho y de lo que tú habías respondido.

¿Terrible? Sí, probablemente puede sonar terrible para alguien que tiene un pacto con la moral, pero ese no era el caso, ese no fue el caso, porque si bien aquel momento fue incómodo, fastidioso, vergonzoso... tú estabas ebria y muy aparte, aquel momento ya había pasado y nadie podía quitarte lo bailado.

Así que ¿Para que arrepentirte de lo que viviste, si en el momento no lo hiciste? Y no es cuestión de sólo superación, es algo más: es... no sé cómo explicarlo, es levantarte ese día de tu cama para hidratar tu cuerpo y, de repente, sonreír recordando un par de besos bajo la escalera y reconociendo que dentro tuyo, como dentro de cada chica, hay una pequeña putita.

No sé si se entendió, no sé si me explique bien, pero lo que quise decir es que si bien hay momentos (seudo) malos, en realidad estos no son eternos, ergo, al final del día estos no existen.

Y el caso que les conté es sólo un pequeño caso en mi lista innumerable de momentos malos (en serio, a estas horas es el unico que recuerdo: necesito dormir).

Aquella lista que saco cada que necesito recordar que la vida se hizo para vivirla. Y yo la estoy viviendo, aprendiendo sí, pero viviendo.

06 julio 2011

Yo no pienso/quiero hablar de finales otra vez... y menos en prosa II

¿Existen los momentos adecuados? Quiero decir, este bien podría ser el momento adecuado para abrir mi libro de gerencia y ponerme a estudiar de una vez por todas, pero no, aquí estoy: sumergiéndome en la antología de lo que son los momentos. 

Yo elegí que estos minutos serían adecuados para sentarme y escribir. Yo ignoré a ciertas voces e hice lo que me nacía hacer... pues bien, yo soy un claro ejemplo de que los momentos adecuados no existen, tú haces que el momento sea el adecuado.

Tú tomas unos segundos y dejas de lado lo que sea que debes hacer  para hacer lo que realmente quieres hacer, siguiendo el ritmo de tu locura e ignorando, por completo, tu cordura. De repente, antes de que lo imagines, vas a sentir un calor por todo tu cuerpo, un calor llamado felicidad y es ahí donde sabras que aquel momento no pudo ser mas adecuado e, inclusive, perfecto.

Así que cuando alguien te diga "Este no es el momento", míralo directamente a los ojos y dile "Yo lo haré el momento". 

Ponte tu casaca de cuero y, simplemente, róbale un beso.

05 julio 2011

Yo no pienso/quiero hablar de finales otra vez... y menos en prosa I

Ya lo hice hace dos ciclos y, esta vez, no lo volveré hacer porque ese momento ya pasó.
Ese momento... ya acabó, hace tanto acabó.

Y tal y como lo pensé toda la noche, los momentos vienen y van y tu simplemente los ignoras o, mejor aún, los vives. Si los ignoras, te condenas a la eterna duda del maldito "Qué hubiera pasado si...", a las melancolías de recuerdos que nunca serán y a quizases que jamás se afirmarán o negarán. Sin embargo, si decides vivirlos arriesgando mucho o poco, puedes ganar los instantes más perfectos dentro del baúl de imágenes Kodak que hay en tu memoria. Instantes que quedan, instantes que retumban, instantes, sólo instantes: tan imperfectos que terminan siendo los más perfectos.

Sí, si decides tomar cualquier momento, sin querer queriendo, lo puedes volver tan perfecto, pero si lo dejar ir, si lo dejas ir, ten en cuenta que la otra persona puede escoger vivir, contigo o sin ti.

03 julio 2011

Por unos segundos

Hola, hoy cruzaste mi cabeza... y fue tan raro. No te miento: nunca cruzas por mi mente, no de esa manera tan furtiva, tan presente, tan latente, pero hoy, precisamente hoy, cruzaste tanto por cada rincón cuadrado de mi ser... y no sé por qué. No sé ni entiendo por qué mis pensamientos se encargan tanto de traerte a mi cuando saben precisamente que mi corazón por ti ya no quiere ni latir...

Ahora que estamos por caminos tan diferentes, ahora que estamos tan aparte, ahora que estoy segura ni me piensas.. .ahora yo te pienso. Ahora, yo te recuerdo.

Ahora, por unos momentos, susurro tu nombre al viento.

Y ahora, que estoy tan segura que tu camino y el mío nunca fueron diseñados para el mismo destino... ahora que por lo menos, yo me vuelvo a ir de tu camino, ahora te vuelvo a decir adiós.

28 junio 2011

Bajo la lluvia que no ven

Llovía mientras caminábamos bajo aquella lluvia por las calles miraflorinas. Aquellas que nos vieron buscar un menú de siete soles, comerlo y disfrutarlo. Aquellas que nos vieron correr por Starbucks con galleta en mano. Aquellas que fueron el preámbulo perfecto para un encuentro casual e imperfecto. Sí, aquellas calles que escucharon las risas más explosivas y las seudomaldades más buenas del día. Aquellas calles miraflorinas que, bajo los pies de aquel par de locas, hicieron la fórmula de hippides y amistad perfecta.

Bajo la lluvia que todos veían, estábamos nosotras; bajo la lluvia que nadie veía, nuestros más dulces y recógnitos secretos: familias algo disfuncionales, amores pasajeros, amores duraderos. Todo aquello que nadie podría descifrar en nuestro rostro. Todo aquello que cada persona en la faz de la tierra carga dentro suyo. Todo aquello que sabemos existe, pero, en muchas ocasiones, ignoramos.

Paró de llover y nosotras nos despedimos de aquel frío malecón miraflorino y de la lluvia que había sido testigo de cada parlamento de aquel guión tan espontáneo y divertido que escribimos de improvisto.

Paró de llover y terminamos en mi cuarto, conversando de la vida, para variar. Paró de llover y ella se fue. Paró de llover y llegó mi papá. Bajo la lluvia que ya nadie veía,estábamos los dos conversando de la vida.

Llegó mi familia. Vimos una película. Reímos. Jugamos. Conversamos.

Y bajo la lluvia que ya no estaba y que nadie veía, en esos momentos, me di cuenta de lo afortunada que soy. Un par de hermosas familias, hermanos no sanguíneos, increíbles amigos... y me tengo a mí. A mí que aprendí a apreciar quien soy, a mi que aprendí que la persona que esta frente al espejo, con virtudes y defectos, es imperfectamente imperfecta.

Y eso esta tan bien.

Sí, bajo la lluvia que nadie ve, hoy me siento feliz. Increíblemente feliz! Mírense al espejo, dejen un día para todas aquellas cosas que muchas veces dejan ir.

Disfruten, vivan.

Amen, sientan.

Sonría y sean felices. Hoy yo lo fui y una vez que sientes que eres realmente feliz... realmente feliz, tu vida cambia. Y en esos segundos, sientes que estás bailando bajo la lluvia, con todos aquellos que nunca dejarán de estar en tu vida.

Y es así como bajo la lluvia que nadie ve, que ustedes serán felices. Completa y puramente felices.

25 junio 2011

Blackjack

Antes, solía pensar que el amor era como el poker. Ahora, después de haber ido al casino, creo que el amor también puede ser como un juego de blackjack.

Esta teoría es igual a la del poker: el amor es como ese juego donde apuestas poco, regular, mucho o todo y de acuerdo a las cartas que te toquen te retiras, ganas o, peor aún, pierdes todo. Sin embargo, la diferencia entre el poker y el blackjack, es que este último le añade un valor agregado muy importante: todo amor tiene un límite y si lo sobrepasas pierdes.

En el caso del blackjack es el número 21; en el caso del amor, todo aquello que soporte tu corazón.

Ahora la pregunta es ¿Cuánto es capaz de soportar tu corazón? En el caso del amor, no hay un límite matemático; sin embargo, siempre hay un límite interno. Para algunos, es el orgullo; para otros, la libertad; para unos cuantos, la diversión y para un escaso par, el miedo.

Yo era parte de ese escaso par: el que imponía a su corazón nunca entregarse por miedo. Miedo a no ser correspondida, miedo a no sentir lo que buscaba sentir. Miedo a que se cansaran de mi. Miedo, miedo y más miedos: ese era mi maldito límite. Sin embargo, rompí la maldición: boté mis miedos. 

Y aunque se que este blackjack que es el amor, requerirá que le imponga otro límite, por lo pronto me alegro que, por primera vez en mi vida, sienta que estoy lista.

Lista para tu sonrisa, para tus besos, para tus te quieros.

Ya estoy lista, sólo faltas tú... pero alto: no te apures. Tómate tu tiempo que este corazón sin miedo, quiere explorar otro par de juegos. Sí, tómate tu tiempo que aunque ya deseché mis miedos, falta otro límite para entrar a jugar en aquel blackjack llamado amor.

Yo ando buscando mi límite y ustedes ¿Ya saben cuál es el suyo?

Mi madre y yo

Mamás: las odiamos, las amamos, las volvemos a odiar, pero siempre, al final del día, las terminamos por amar.

Y es que es inevitable, realmente inevitable, molestarte por tu mamá por mucho tiempo. Lo digo por experiencia: creo ser, no, estoy segura que soy una de las personas que más discute con su mamá (es en serio, hay días en los que discutimos más de veinte veces por hora gracias a que ambas somos un manojo de bipolaridad andante); sin embargo, nunca, nunca, por más que he intentado, he logrado resentirme o molestarme mucho tiempo con ella. Simplemente no puedo. Por más que lo intento no puedo. Por más que me aferro a sus errores y a sus golpes, yo no puedo. Lo he intentando un millón de veces, y siempre fallo: no puede pasar mucho tiempo hasta que la extrañe, hasta que la necesite y, aceptando sus disculpas, decida amistarme con ella... por milésima vez.

Y quizás sea por una simple y sencilla razón: yo la amo.

Sí, con todos sus defectos y virtudes amo a mi mamá: alegre, inmadura, jaranera, dependiente, jodida, maniática del orden, impulsiva, luchadora, trabajadora. Así, yo la amo. Y aunque hayan días en que no la soporte, también existen días como hoy en los que veo cómo se esfuerza por tenerme a su lado. Cómo se esfuerza por no volver a equivocarse. Cómo se esfuerza por no perderme... y no lo hará. Nos une un lazo que va más allá de un cordón umbilical; más allá de una muestra de ADN... más allá: nos unen los momentos. Nos une aquella primera mirada que nos dimos cuando yo llegué al mundo. Aquella palabra que me enseñó y yo, fielmente, repetí. Nos unen nuestras anécdotas, nuestras alegrías, nuestras derrotas y, también, nuestras peleas. Nos unen estos dieciochos años de vida compartida.

Aunque suene poco, nos une mucho. Y no hay fuerza capaz de romper aquel lazo. Se que ella se equivoca mucho, pero también, se que yo no soy un pan de Dios. Yo soy una malhumorada, una jodida, una bipolar, una llorona... soy un cuco disfrazado de ángel o un ángel al que le encanta jugar de cuco. Alto, quizás el problema no irradie en cómo somos, sino en que, sorpresivamente, somos tan distintas como iguales.

Quién diría.

Como sea, el punto es que ni ella ni yo somos perfectas. En serio, si hay un par de madres e hijas imperfectas en la faz de la tierra, esas somos nosotras: pequeños desastres andantes que aprenden de la otra. Que sobreviven superando cada golpe de la vida. Que viven, bailan, sienten, aman (bueno, yo todavía no) y, más importante aún, que se aman.

Sí, mi mamá y yo nos amamos. Peleamos, nos odiamos, pecamos en palabras, pero en el fondo amamos esta relación madre e hija, tan particular, tan única y tan, pero tan especial que tenemos.

Gracias por el día de hoy má, después de tres semanas sin vernos, me demostraste que ya no hay razón para no venir: tú me quieres aquí, en tu vida.

Y yo también te quiero aquí, en la mía, bien adentro para que me jodas cada que lo necesito, para que me limpies las lágrimas cada que salgan sin parar, para que me des tus consejos de vida cada que los necesite.

Yo te quiero en mi vida y siempre te voy a querer ahí.

Te amo má. Te amo.

23 junio 2011

Vivir

En serio no sé qué es, pero siempre hay algo inusual en cada taxista que conozco: coquetos descarados, políticos de izquierda, atrevidos en extremo o aquellos sabios abuelos. A veces, lo inusual, sucede por ellos y su naturaleza, otras, lo ocasiono yo y mi larga lengua.
Sea como sea, es ley: siempre que subo a un taxi algo sucede.

Revivamos el pasado. El coqueto descarado fue aquel que intentó conseguir mi número con la excusa de que no tenía amigos en Lima y yo, y mi inevitable cara de niña, éramos una opción viable. Atiné a bajar en la esquina. El político de izquierda fue un revolucionario cansado de la injusticia social. Debatí con él hasta desangrarme, bueno, hasta llegar a mi casa; sin embargo, de igual forma él votó por Humala. Luego, el atrevido en extremo con sus palabras tan poco normales: "Nunca has tenido novio? No lo asimilo. Cómo es posible que nadie haya besado tus labios?". No esperé más: me lancé a la vereda. 

Mis taxis y yo: una racha de inusuales anécdotas que contar y aunque la de hoy no sea tan rara como las anteriores, debo admitir que me dejó pensando... y todo gracias a él: el sabio abuelo.

Tendría no más de cincuenta, una voz rugosa y una carisma y simpatía que rara vez se tiene en pleno tráfico de la seis. Su buen humor me dio curiosidad, por lo que le hablé y aunque no fueron más de diez minutos de camino, aún recuerdo con exactitud cada cosa que me dijo:
"¿Dieciocho años? Eres una nena. Una nena que tiene cara de nena y aún no sale del cascarón, pero mira y escucha nena, que aunque aún no hayas vivido nada estás en la mejor etapa de tu vida. Dieciocho -suspiró-, dieciocho añitos, si, definitivamente estás por vivir cosas que jamás imaginaste vivir antes. Cuídate mucho, el mundo es muy grande, muy bueno cuando quiere, muy malo cuando puede. A pesar de todo eso, tu se feliz. Tu vive. Tu disfruta cada minuto que respires. Tú, sólo hazlo... y uy, me quedé sin gasolina"

Fruncí el ceño, esperando que fuera una broma, pero no lo fue: literalmente el carro, sin gasolina, se detuvo en medio de la pista. El sabio abuelo prendió y apagó el carro un par de veces y, magicamente, el carro volvió a prender y no sé cómo, llegamos al grifo de la esquina.

El señor no tenía mucho dinero, así que le pagué y como yo ya estaba a sólo un par de cuadras de mi casa, decidí bajarme y caminar.

Rumbo a mi casa, no pude evitar pensar en sus palabras y cuestionarme: ¿Estoy viviendo realmente mi vida? En esos momentos recordé cada momento de este año y sonreí: Sí, si la estoy viviendo. Quizás no de la manera correcta al cien por ciento, quizás no de la manera perfecta, pero, a mi manera tan particularmente imperfecta, la estoy viviendo. Estoy creciendo, cayendo y aprendiendo. Me estoy diviertiendo. Me estoy conociendo y estoy conociendo...

Ahora no puedo evitar sonreír. 

Sí, no sé si esta realmente sea la mejor etapa de mi vida, pero de igual forma me estoy asegurando de vivirla y vivirla bien. Y eso es algo que todos deberían hacer: olvidar los pucheros, desechar las tristezas, enjuagar las lágrimas, olvidar la amargura, dormir el cansansio y, finalmente, vivir. Vivir y sonreír. Vivir y divertir. Vivir y compartir. Vivir y arriesgar. Vivir y caer. Vivir y levantar.

Vivir y amar.

Vivir. Sólo vivir.

22 junio 2011

Cuchurrumis!

Siempre dicen que en la universidad pasarás, fugazmente, por diferentes sonrisas, diferentes miradas y diferentes palabras: buenas, malas o indiferentes; sin embargo, lo que nunca te dicen es que existe una posibilidad, en un millón, de que una de esas sonrisas, una de esas mriadas y una de esas palabras, se detengan en tu vida.
Y sean las de tu mejor amiga.

Sólo es una posibilidad en un millón y nosotras fuimos ese uno en un millón.

Desde la primera vez que hablamos el tiempo marcó la pauta; la universidad, el ritmo; los momentos, los acordes; y cada una de nuestras palabras, las voces de una nueva canción: nuestra canción. Una que hablaba de un par de chicas que no se conocieron de niñas; sin embargo, el destino las juntó en la etapa clímax de su vida: aquella de primeros amores, salidas, alcohol y risas; aquella de tristezas, confesiones y unas gotas de mala autoestima; aquella de libertad, de independencia... y aquella etapa donde lo único ridículo de la vida era y es, simplemente, no vivirla.

Ambas, ella y yo, diferentes (una rulosa, la otra casi lacia), pero tan iguales. Dos mejores amigas amantes de hablar, amantes de llorar, amantes de bailar, amantes de la conexión, amantes de un par de desconocidos, amantes de un primer amor que aún no llego, amantes de la bipolaridad, amantes de los eyecontact.
Amantes de vivir la vida.

Y no sé si en cada carrera haya un par de nosotras, no sé si en cada carrera haya, al menos, un par de Ale's y María Claudia's tan amigas, tan hermanas. No lo sé, pero espero que sí porque, después de tener más de un año de amistad y casi un año de mejores amigas y hermanas, quienquiera que tenga una amistad como la nuestra, no sólo tiene una mejor amiga, una hermana, sino tiene a una gemela. Una gemela como ella nunca quiso y como yo siempre imaginé.

Mi hermana. Mi amiga. Mi mejor amiga.

19 junio 2011

El bacán? II

Espera, ¿Realmente llamaste? Quiero decir, ¿Realmente te tomaste la molestia de coger tu nextel y alertarme? Tú, el bacán más bacán; el menos consciente de la realidad peruana... tú, ¿En serio llamaste? Debo ser sincera: me sorprendió. Pero soy realista y se que quizás sólo querías volver a pasar un buen rato: un par de bailes por aquí, otro por allá. Sólo eso. Y me parece bien, sólo que, repito porque así de grande fue la sorpresa: no me lo esperaba. En serio, realmente no esperé saber de ti hasta que el mundo se acabara y, en otra vida, tu alma bacán y la mía se encontraran. Sin embargo, diste señales de vida y me dejaste con el ceño fruncido. ¿Estas desesperado, acaso? No lo sé, no lo entiendo y, realmente, no me importa.

ACTUALIZACION: Volviste a dar señales de vida. Ahora dices que quieres verme y ahora yo te pregunto: ¿Qué clase de mala broma es esa, querido? Lo siento, pero soy realista: ¿Te faltó diversión? ¿Te faltó humor? ¿Te faltó un no?

¡Qué raro especimen eres! Sin embargo, debo admitirlo: hay algo en esa rareza que me provoca conocerte, no en un contexto romántico ni nada, sólo conocerte. Sólo ser tu amiga y así descubrir qué demonios pasa por tu cabeza bacán.

Them

Los extrañaba.

Es en serio, cada parte de mi ser extrañó a cada uno de ellos: el seudomejor amigo, a la parejita de promo, al ludópata empedernido, a la colegialamejor amiga, a la sonrisas... a ellos. A mi con ellos. A ellos de nuevo.  Y ya tuve la dosis de ellos que mi vida tanto necesitaba, el único problema es que su amistad es como una droga: una vez que la pruebas, no la quieres soltar.  Y es que ellos son así: únicos, especiales, increíbles y maravillosamente maravillosos. Ellos son así, y así son mis amigos, mis hermanos. Y ya volví a probar su amistad, el único problema es que ahora no los querré soltar. 

Porque hay amistades que el tiempo nunca puede borrar y la memoria jamás olvidará.

14 junio 2011

Yo no funciono bajo presión, repito

¡Alto! ¿Qué hacen? ¡Deténganse! Basta. Es en serio: no sigan.

Dejen que la amistad fluya, si tiene que pasar algo, con el tiempo, pasará. Por lo pronto, yo no quiero nada. Y no es que no quiera nada porque me rehuse al amor, al cariño y a todo ese tipo de cursilerías, sino que, simplemente, de esas cursilerías, en estos momentos, no siento ninguna. No, ninguna en lo absoluto. Ninguna, aún. Quizás con el tiempo, no lo sé, pero ahora, en estos momentos, no  ¡Entiéndanlo! Y de seguir así, de seguir likeando, fastidiando, de seguir en esa línea del amor jugando a ser cupido, están anunciando el agurio de una amistad que nunca llegará a más. 

Y no es que yo quiera que llegue a más, es sólo que ustedes me están jalando hacia la dirección incorrecta en un tiempo incorrecto. Ustedes me están atando a un amor que todavía no toca las puertas de mi corazón.  Y ustedes están haciendo que, este corazón contreras, lo repela.

Deténganse, que yo me desencantaré antes de encantarme (si es que me llego a encantar, lo que ahora veo difícil, por no decir imposible, dado que han convertido el encanto de ser algo natural, a no ser más que un pronóstico del tiempo). 

Deténganse y déjenme gozar de su amistad: eso es lo que más me importa. 

Deténganse, repito, y escúchenme.

Por hoy, no tengo ni un pacto con Soledad; sin embargo, por hoy, tampoco tengo un pacto con el amor eterno. Por hoy, yo sólo tengo un pacto conmigo y con mi corazón que sólo quiere bailar, vivir, reír. Y si en algún momento, alguien logra conquistar mi corazón será bienvenido, siempre y cuando se vista de naturalidad, sin presiones bajo la manga, ni likes detrás suyo.

Sí, él será bienvenido siempre y cuando edifique un enamoramiento que todos desconozcan y que yo, a penas, conozca.

Y será bienvenido siempre y cuando ustedes dejen fluir la química entre los dos. 

12 junio 2011

El bacán

Él, que te ve bailar y se acerca a acechar. Él, que intenta moverse con dos pies izquierdos para conquistar. Él, que te susurra al oído latina. Él, que alardea ser bueno en tiro (vale recalcar que con tiro se refiere al acto de cazar palomas y no de tiro al blanco, como yo imaginé). Él que añade tener una puntería excepcional cuando fija un objetivo (objetivo número uno: tú). Él, que se va. Él, a quien, te encuentras. Él, que te vuelve a sacar a bailar. Él, que después de un rato, te intenta besar. Él, a quien rechazas. Él, quien la lucha. Él, a quien le volteas la cara. Él, que, con descargo, te coge de la cintura y te acerca a sí mismo. Él, a quien empujas con sutileza. Él, que insiste. Él de quien, a la hora de irse, te despides.

Él, quien, de repente, juega su última carta...

Y él, a quien te vuelves a encontrar: con una sonrisa, en la puerta de la salida.

Él, otra vez. 

Te cuenta de su carro nuevo que hacía un par de días chocó y tú sólo atinas a decirle que es un imbécil. Habla de ir a una discoteca, tú no puedes. Sigue hablando y te tienes que ir. Te despides. Y cuando ya estás yéndote, te pide un buen beso de despedida. Tú pones los ojos en blanco y subes al carro, pensando que, ese día, encontraste la definición reencarnada de bacán: el que todo es, el que todas se la sabe y al que ninguna le puede decir que no.

Ja. 


El bacán, típico de encontrar en alguna reunión, fiesta y, sobre todo, discoteca. El bacán, aquel que cree poder conseguir lo que quiere, cuando quiere y como quiere. El bacán: él.

Y si supiera que me tomé el tiempo de escribir de él, estoy segura que los humos no cabrían en su rulosa cabeza.

Sé que no nos volveremos a ver, pero ¿Para qué negarlo? me hiciste reír y amo que me hagan reír.

Sí, ¿Para qué negarlo? la pasé bien. De igual forma, ¡Hasta nunca!: Dos palabras típicas que se les dice a un bacán antes que él las diga.

09 junio 2011

Love post for no one

"Yo... quiero que me enamoren. Ya, está dicho: me voy a dejar enamorar", dije decidida. Ella dio esa risa sarcástica, que casi había olvidado, y sólo atinó a decir "Ay, María Claudia"

Y sí, supe a lo que se refería: yo dejándome enamorar, ¿Qué clase de mal chiste era eso? Uno muy malo, sin duda alguna, porque el imaginar que yo, tan inestable, loca, bipolar, indecisa y jodida, me dejara enamorar, es lo más imposible que mis alborotados labios han podido pronunciar. Un muy mal chiste; sin embargo, debo admitirlo: hoy, por unos segundos, quise dejarme enamorar. Hoy, por unos segundos, quise que alguien me sorprendiera, que me fuera a buscar cuando menos lo imagine, que me llame cuando menos lo espere, que me cante aún cuando no quiera escuchar. 

Hoy, por esos mismos segundos, me detuve a pensar en el amor como hacía tiempo no lo hacía: inoportuna y lentamente. Inoportuna y lentamente, ¡Quién diría! Irónicamente, así se da el amor: cuando menos lo esperas y con calma, sin prisas.

Y hoy, después de esos segundos, me di cuenta de la realidad: nunca me he enamorado, nunca he tenido un enamorado y la idea de que alguien me enamore, siendo sincera, no me es tan indiferente; sin embargo, no tengo prisa para que alguien lo haga.

Que llegue quien tenga que llegar. Que entre como mi amigo, si quiere; que entre como algo más, pero que llegue cuando menos lo espero. Que llegue cuando menos lo espero y que llegue sabiendo qué quiere.

Que llegue sabiendo qué quiere y que llegue sabiendo que eso que quiere, soy yo.

08 junio 2011

Y, de repente, zumbas.
En la colmeja de pensamientos, expirados en dulzura, que es mi cabeza, tú zumbas; yo te espanto.
Y te vas: rápida y sencillamente, tal y como la vida.

07 junio 2011

ARDIDA, sí, ARDIDA

Molesta, furiosa, fastidiada, ardida, enojada: así estaba, estoy y estaré, al leer tus palabras.

Y no sé cómo empezar, ya grité, pateé, puñeteé. Sabía que te debía una disculpa, una explicación, un perdón y, otra vez, un adiós... que ganas de decírtelo cara a cara. Sabía que había tardado en dar la iniciativa; sin embargo la di, tarde, pero la di: te envié el mensaje pidiéndote fijar fecha de encuentro...aj. Tú aceptaste. No dijiste cuando, pero intuí, por lo que pusiste, que sí... en serio ese eras tú? Y a la hora de la hora, sorpresivamente hoy, me llega un mensaje tuyo... no tuyo.

Y comenzó a hervirme la sangre.

Sí, yo se que estés molesto, pero ¿En qué momento dejaste de controlar tu tan seudocontrolada molestia? Si, yo se que te falté el respeto y por eso mismo, aún cuando quise abrir tu ventana por facebook chat, até mis manos y me controlé para evitar tipear un par de adjetivos calificativos que, créeme, no te iban a dejar soñar. Porque entiendo todo, absolutamente todo, lo que pudiste llegar a sentir, inclusive el odio; sin embargo, pensé que serias capaz de expresarme tu molestia cara a cara y no redactando palabras fuera de tu léxico que ni que ni siquiera conocías, que ni siquiera pronunciabas... y que nisiquiera venían al caso: otra vez, por milésima vez, aj.

Pateé mi cama, mordí mi lengua para seguir leyendo y, cuando pensé haber podido controlar mi enojo, al leer tu última línea, me entró el descontrol.

"... que tu vida no sea conmigo."
AHI SI ME ENTRO EL DESCONTROL TOTAL. Dime, ¿En qué momento, EN QUE MOMENTO  había dicho que quería conversar contigo para regresar? Lo dejé muy claro cuando tipeé el mensaje: quería conversar contigo para disculparme, para darte una explicación, porque yo te falté el respeto y una explicación era lo mínimo que te debía. Era lo mínimo y yo lo sabía; sin embargo, no entiendo cómo en aquel mensaje tan simple y sencillo llegaste a malinterpretar todo lo que te quise decir. No entiendo cómo, después de todo, me creías tan cara dura de decirte para conversar y regresar cuando 1) mis latidos ya no suspiran por ti, desde tiempo atrás y 2) te falté enormemente el respeto, hiriendo tus sentimientos.

No comprendo, no entiendo qué pensabas en el momento en el que escribiste ese mensaje. ¿Eras tú? En serio ¿Eras tú? Porque si bien no merecía un trato bonito, ni lo esperaba realmente, tampoco pensé que llegarías a ser tan diferente, a creer cosas que no son y a ser tan voluble.

Yo te quise, pero hace diez minutos te quise matar. Sin embargo, la cólera ya pasó, ya pateé, ya grité, ya puteé y ya te respondí, coordialmente directa hacia los errores de tu primer mensaje.
Tú también ya respondiste... como tú. Como el que siempre has sido, eres y serás y eso me conforta aunque aún queden residuos de sangre hirviendo por mi cuerpo.

01 junio 2011

2 a.m.

Que raro abrir una conversación por facebook chat de alguien que crees que es, pero no es.
Que irónico gritar  conscientemente, y escuchar más fuerte el no de tu inconsciente.
Que sarcástico creer, por unos segundos, sólo creer.

29 mayo 2011

Karma

Esta es una historia real, le sucedió a la amiga de una amiga.
Mentira: le sucedió a mi mejor amiga.

El año pasado, ella estaba camino a encontrar el verdadero amor y él, sin piedad, rompió su ilusión. Este año los papeles se cambiaron: ella lo superó; él recayó.  

Ahora él la busca para regresar, pero ella sólo busca perderlo. Ahora él la quiere de vuelta y ellas sólo quiere que él se de la vuelta. Ahora es el antes que hoy él sueña y que, de igual forma, ella había soñado... hace un año. Sí, por parte de ella la química caducó, la magia se perdió y la oportunidad de un cuento de hadas venció. Y aunque estoy segura que él se arrepiente con cada parte de su ser, no hay nada que hacer: ironíco, sarcástico y, completamente, satírico, el Karma llegó. 

Y no importa cuánto se desee, no hay nada que le pueda decir adiós.

Yo no creía 100% en su existencia; sin embargo, ahora no sólo creo y afirmo que existe, sino que me atrevo a decir que existe, vive y, para colmo, lo disfruta.

Sí, el Karma ama su trabajo. Ama golpear  a los demás con el mismo puño con el que ellos alguna vez golpearon. Ama que las personas se den cuenta que la cagaron, siendo ellos mismos, los que terminen cagados.

El Karma te paga con el mismo billete falso que le pagaste al destino y te golpea en la misma mejilla en la que tú golpeaste.

Así es el Karma: correctamente desgraciado.

Así que piensen bien lo que hicieron, lo que hacen, y lo que harán. Tomen sus precauciones: no rompan corazones porque, a la larga, sólo romperán su corazón.

Y créanme que contra los males del Karma y el amor, no hay remedio que amortigue el dolor.

28 mayo 2011

Tu aprendiz

¿No te das cuenta? Dime, mamá, en serio ¿No te das cuenta? Estoy aquí, a tu lado. Estoy aquí, a tu costado.  Aquí, aquí, maldita sea, aquí estoy para ti. Bailando por tu cuarto, cantando en voz alta, saltando en un pie... y todo para que te des cuenta que aquí, a tu lado, estoy; que aquí, al frente tuyo, existo; y que aquí, al menos por dos días a la semana, vivo.

Aquí estoy mamá, otra vez, como todas las veces, pero tú, en tu burbuja de amor, no te das cuenta. No te das cuenta que me estás convirtiendo en aprendiz del rechazo y en fiel apóstol de la frialdad. No te das cuenta que, tal vez, ya sea demasiado tarde para tí, para mí, para nosotras. 

Porque las secuelas de tus actos ahora viven en mi: fría, cuando mi corazón necesita calor; indiferente, aunque por dentro todo me queme. Mira lo que has creado mamá, un frankeinstein de la inestabilidad. Una loca bipolar.

Una hija que te adora con cada partícula de su corazón, pero que, inevitablemente, se cansó de estar detrás tuyo, y que tú no te des cuenta de su mínima existencia.

Yo te amo, pero ya no puedo. Yo... no puedo, má. Lo siento, le marcaste línea de partida al resentimiento eterno y no hay árbitro de carrera interesado en detenerla.

27 mayo 2011

Felichidad

Yo nací errante, crecí errante y vivo errante.
Yo tengo dos familias disfuncionalmente hermosas, hermanos únicos y amigos de los buenos.
Yo vivo en el norte, pero siempre termino regresando al sur.
Yo visto lo que salga más rápido de mis cajones, sin importar color, ni sentido.
 Yo no soy normal; sólo soy yo: con risas, cosquillas, sonrisas y juegos; con mal humor, bipolaridad e inestabilidad.

Así yo soy yo.  Y en días como hoy, siento que no me falta absolutamente nada para ser feliz.

25 mayo 2011

Yo NO caí del cielo

Chico de la guitarra en mano, hoy cruzaste mi mente.

No de la manera romántica de antes, ni de la manera indecisa, problemática y, totalmente, inestable del después. Hoy, tú simplemente cruzaste mi mente y yo no pude evitar sentirme como un pecador reviviendo la noche del pecado: con tristeza y culpa.  Porque  esa noche yo pequé contra la moral y mi pecado fue el clavo que hirió, en vivo y en directo, tu corazón.

Sé que aún te debo una explicación, así que en algún momento, en algún lugar, cuando la universidad me de tiempo para respirar, tú me verás llegar: dándote una explicación y disculpándome con tu corazón, por el clavo que lo hirió y la falta de respeto que lo abofeteó.

Y lo repito una y otra vez, así me odies, así no lo sepas, así ni lo quieras oír: lo siento. Lo siento y una vez que te lo diga, y una vez que lo oigas, tranquilizaré mi consciencia, quizás me odies un poco menos y, finalmente, cada uno seguirá con su vida, con su propio camino, muy separado del otro.

22 mayo 2011

Scissors

Dicen que lo peor después de una reunión etílica es no recordar qué pasó, pues se equivocan: lo peor es recordar sólo fragmentos de algo muy malo que pasó. Como ayer, como hoy. 

El karma me pasó factura y se cobró con intereses mi corazón.  Lo sé, pero, sobre todo,  se que no sólo me lo merecía, sino también, que yo lo busqué. Cada fragmento de aquella noche, yo tracé mi destino y, bajo la influencia del alcohol, no fui la manzana de la copa del árbol, ni la princesa que olvidó su zapato; por el contrario, fui la  manzana que cayó rápidamente del árbol, y la princesa que persiguió su zapato.

Fue mi error y hoy, al mirarme al espejo, no reconocí a la chica de ayer. Porque mi esencia, ayer, se perdió; porque mi esencia, ayer, desapareció.
Porque yo me perdí, pero hoy me encontré.

Y se que no soy perfecta; por el contrario, soy una de las personas más imperfectas existentes en la faz de la tierra: despistada, loca, bipolar, insegura, indecisa, ansiosa, inquieta y miles de millones de defectos más. Sin embargo, se  lo que valgo: mucho más de lo que pareció esa noche.
Yo lo sé y eso me basta y sobra.

Cobré mi karma y ya todo pasó: bailé bajo los efectos del alcohol y ya nadie puede retroceder mis pasos o quitarme lo bailado.
Sí, me equivoqué; sí, erré, pero la vida esta para eso: vivir, cometer errores, aprender y, sobre todo, no volver a repetirlos. Mucho menos, después, de que ni ganas tienes de volver a repetirlos. Mucho menos, después, de sentir que ya no quieres volver a repetirlos, porque no. Simplemente, no.

Y ya se cual nunca más volveré a cometer, aunque se que cometeré muchos otros y, si, estoy  lista para equivocarme, porque estos errores tendrán nuevo nombre.

15 mayo 2011

No, no, no.

No fui con la idea de caer en tentación; sin embargo, caí. Lastimé un corazón ajeno e, inevitablemente, dejé que el mío se llevara por el momento.
Por ese momento con cada minuto... a su lado.

Error. Gran error.

12 mayo 2011

Free little bird

Soportar a mi mamá y sus problemas: 1 litro de paciencia.
Dejar ir a un buen chico: 1/2 taza de coraje y una gota de poca química.
Estudiar para parciales: 3/4 de compromiso.
Rechazar salidas familiares: 1 cucharada de fuerza de voluntad.

La libertad que siento en estos momentos, no tiene precio.

08 mayo 2011

Feliz día má...

Pude haber escrito de ella. 
Pude haber escrito de ella y de su valor al aceptar tenerme cuando apenas cumplía veinte. Pude haber escrito de ella y de la fuerza con la que me crió durante catorce años de vida. Pude haber escrito de ella, coraje reencarnado en mujer, madre ejemplar, eterna luchadora.

Y sí, en su día, yo pude haber escrito de ella; sin embargo, a la hora de la hora, mi inspiración migró. Y lo peor es que no fue por mi, es que fue por ella: mi madre. 

Por ella, yo fui incapaz de escribir de ella. Y es que ¿Cómo escribir de ella y sus te amos, cuando este día sólo sentí sus rechazos?

Cómo, mamá, cómo. ¿Cómo puedo escribir de un día de la madre que ni me permitiste darte?

Y tú, ¿Cómo excusas lo inexcusable? ¿Cómo excusas la preferencia incondicional que le tienes a quien no comparte ni una gota de tu sangre? ¿Cómo...? Maldita sea, mamá, dime cómo. Necesito que me lo digas, porque yo te amo, pero no comprendo tu raciocinio; sólo entiendo y siento tu rechazo. Porque  así es como me sentí en todo el día: rechazada... y yo que te amo tanto. Sin embargo, ya lo sé: mi amor no es suficiente. No cuando tú lo amas más a él: al quinto amor de tu vida, a tu tercera media naranja, a tu futuro esposo por decimocuarta vez. No lo es, cuando lo prefieres más a él. No mi amor no es suficiente menos cuando el día en que recuerdas lo que eres, te olvidas de mí y lo recuerdas a él.
Es el segundo domingo de mayo, má, no el catorce de febrero ni otro día para clichear del amor.

Es el día de las madres, es tu día y es por mi. Porque me trajiste hace 18 años al mundo y aprendiste el significado de cada letra de mamá conmigo, en cada pañal sucio, en cada biberón que rellenabas. Ser madre lo entendiste conmigo, no con él. Él no tiene tu ADN, él no comparte tus genes. Él no sabe qué es conocerte por 6570 días ni sobrevivir a cada uno de ellos,
Él, simplemente, no y, sin embargo, hoy lo volviste a preferir, como siempre.

Hoy me dejaste afuera de tu vida, con rosas en la cara y la alegría marchita. 

Y dolió, pero ya lo entendí: no soy yo, eres tú.
No soy yo, eres tú: siempre has sido tú, aún cuando piense que muchas veces fui yo, siempre fuiste tú. Disculpa que me veas llorar, es que no estoy acostumbrada a terminar con mi mamá. Disculpa si arruiné tu día, ahí te dejo a solas con el con el único amor de tu vida. Discúlpame má, sabía que no debía mendigarte amor, menos cuando ya lo vendiste al por mayor. Discúlpame... sé que es tu día, así que dejaré las cartas a un lado, tiraré los chocolates al tacho y caminaré directo a la puerta. Abriéndola para él; cerrándola para mi.

Espero te guste tu regalo: sólo costó tres cuartos de corazón.

Ah, y casi lo olvido: feliz día má...pude haber escrito de tí hoy; iba a escribir de ti hoy, pero a este cuarto de corazón que quedó, se le fue la inspiración.

06 mayo 2011

Exiliada.

Había olvidado cómo se sentía tener una avalancha de palabras descendiendo por tu  garganta y todo un río de nervios recorriendo cada centímetro de tu cuerpo. 

Había olvidado lo mal que a veces se sentía hacer lo correcto y lo bien que a veces se sentía pensar en hacer lo incorrecto.

Lo había olvidado, pero hoy, cuando nos vimos, lo recordé. Teniéndote al frente mío, lo recordé y, maldita sea, no fue fácil; no lo es, no lo fue y no lo será jamás.  El saber que no pudimos, podemos y, quizás, nunca podamos seguir el mismo camino que alguna vez soñé, siempre será difícil porque te quise. Sin embargo. la corriente de problemas personales mezclados con mi poca cordura mental y la escasez de química que últimamente nos arrullaba me jaló hacia un rumbo contrario al tuyo.
Completamente contrario, querido mío.

Y aquí estoy yo: exiliándome de tu vida, otra vez; repitiendo el adiós que prometí no repetir; haciéndole caso al 1% de cordura, dentro mío, cansada de tanta inestabilidad; revisando una y mil veces la química vencida, entre tú y yo; agradeciendo tu eterna paciencia, aún cuando no la merezca; y  dejando las marcas de mis labios, una última vez, en tu mejilla.

Me gustaría poder decirte hasta luego; sin embargo, tú y yo, sabemos que este adiós no tiene ansias de un regreso.

Discúlpame, otra vez, hay cosas que ya soy incapaz de controlar...
y adiós.

02 mayo 2011

Y yo siento frío, pero no frío de invierno, sino el frío que, ahora, se interpone entre tú y yo; sin embargo, ya lo dije, lo diré y lo seguiré diciendo: esa promesa, ese préstamo y ese pacto no los voy a romper.

Así el frío congele mi corazón, no lo haré, te lo prometí y lo cumpliré.

30 abril 2011

Son casi las once y quiero llorar.

Ya ni conversamos...

No sé qué ha sucedido: él no parece ser el mismo.

Podemos conversar un rato, pero nuestra química parece tener tiempo límite: dura quince minutos y,de ahí, se acaba. 

Él se apaga lentamente, ya no hay de qué hablar y mi cabeza es incapaz de regenerar preguntas. 

No sé qué ha sucedido: esto no parece ser lo mismo; sin embargo hice una promesa con la moral, un préstamo con el valor y un pacto con el amor que no romperé, porque él no merece eso. Él vale mucho, es un gran chico y, a menos de que él no sienta lo mismo o que me lo diga, mi cabeza no recordará este tema.

Y mi corazón lo ignorará por completo: le debo felicidad y, como hasta ahora, se la seguiré intentando dar.

26 abril 2011

Hice una promesa con la moral, un préstamo con el valor y un pacto con el amor, que no acepta rupturas ni devolución.

25 abril 2011

2  2  2 2 2 2  2 2 2  2  2 2 2 2 2 2 2  2  2  2  2  2am.
Y el comienzo de mi bipolaridad al extremo.
Maldita ciclotimia.

Just say yes

Mi mamá fue de las pocas personas en la tierra que nunca le dijo no al amor, y a cambio, siempre le rompieron  el corazón. Así fue que yo aprendí a decir no.

Dejando ir a un amor...
...por asegurar mi corazón

Y tanto no dolió, que me volví adicta al no.
Tomé prisioneras ambas letras y las condené a cadena perpetua dentro de mi corazón.
Hasta que llegaste tú y después de dieciocho años, vi la luz.
Sí, después de dieciochoaños, dejé el mal hábito; después de dieciocho años dejé ir al prisionero de mis labios; y, después de dieciocho veranos sin sol, primaveras sin flores, inviernos aire y otoños sin hojas... vi tu luz.

Porque dieciocho años tuvieron que pasar, porque tú tuviste que pasar, para recordarme lo fácil que es decir si. Y es tan lindo y pegajoso que ahora no paro de decirlo: Sí, sí, sí. 

Sí al amor y, si algún día me lo propones, si a ti.

23 abril 2011

Hormonas y alcohol, no muy buena combinación

Y la fiesta comenzó.

Recuerdo cuando llegó y el retorcijón en mi corazón. 
Recuerdo un par de copas y nuestro primer, realmente, beso.
Recuerdo otro par de copas y muchos besos.
Recuerdo un par de bailes y otro par de copas.
Y otro trio de besos.

Recuerdo más y más besos... pero no recuerdo la marca de sus labios en mi cuello. No la recuerdo, pero sé que existe porque fue lo primero que vi en mi reflejo.

Oh, no.
Oh, sí.

Ahora llevo una cafarena puesta para que mi papá no vea las huellas del pecado.

Supongo que eso pasa cuando es el cumpleaños de una de tus mejores amigas, te amistas con una amiga del pasado, dos de tus almas gemelas están contigo, re-conoces a una compañera de colegio y sobre todo, el chico que te encanta esta ahí, contigo, tan cerca tuyo que no lo quieres dejar ir.

Tú, la que dejas ir hasta a tu alma, no lo quieres dejar ir y, peor aún, si tienes en tu sangre 90% de alcohol, no sólo no lo dejas ir, sino que sólo lo quieres para ti.

No digo que volverá a suceder, trataré de que no: evitaré tomar tanto. 
No digo que no volverá a suceder: no controlo el destino.
Sólo digo que él me encanta y esa noche me encantó aún más.

Y sólo digo que no te acostumbres... al menos no por completo.

19 abril 2011

Cazador de corazones verdes.

Vulnerable, sola y rendida ante el amor, él la vio... y cómo lo habrá visto que, sin pensarlo dos veces, la atrapó.
Y se la adueñó.

Una vez suya, le metió el flechaso directo a su corazón; no dudó, ni titubeó en domar a su antojo y mal gusto, cada centímetro cúbico de su cuerpo y de sus sentimientos. 

Ella fue una presa fácil, no lo dudo; tentadora, lo apuesto; un trofeo, mil veces lo reitero. Sin embargo, como fiel cazador la apreció un par de minutos, la gozó, la vivió, le quitó hasta el último sopló de alma y se cansó: la dejó.
Y la botó, como se botan las cosas que no tienen sentido. De la manera más vil y deshonrosa, el maldito, la botó. 

Sin embargo, olvidaste un pequeño detalle, querido: no te metiste con una presa cualquiera; sino con mi amiga, con mi hermana, con mi carnada.
Y ahora ten cuidado cazador que, en mala hora, te cruzaste con la cazadora equivocada.

Y recuerda estas palabras palabras gitanas, porque aún cuando llevo la paz en las venas, no dudaré en declararte la guerra.

18 abril 2011

Quiero un amor a la antigua, donde me enamoren día a día.

16 abril 2011

1:17 a.m.

Porque contigo mis miedos se eliminan de raíz, mis emociones se elevan al cuadrado y no importa el orden de los momentos, terminas alterando cada uno de mis sentidos.

.
Tú, matemático de esta indescifrable variable llamada corazón
Tú.

13 abril 2011

Utopía

Huí, me escondí y dejé ir. Instauré mi corazón en esa monótona rutina de finales inciertos y cálculos desfavorables que me enseñaron a inventar excusas y, peor aún, creérmelas.

Fue así como me volví prisionera de miedos y de fantasmas inexistentes, condenándome en una celda junto a Soledad. Ahí, en un rincón, me refugié en mil y un inventos de amor, me olvidé el sabor de la realidad, el aroma de libertad, del sonido de felicidad...y antes de mi sentencia a cadena perpetua, te metiste en la sala de mi imaginación.

Llegaste de imprevisto, como las cosas que no tienen sentido, y me robaste cada centímetro cúbico de aliento, porque aún cuando nunca te había imaginado, yo ya te había soñado.

“Eres tú” dije son una sonrisa, mientras me sacabas las cadenas de encima.
“Soy yo” repetiste. Y sí, fuiste tú.

Ganándole a mi mal juicio, alejándome del rincón de Soledad y trayéndome de vuelta a la realidad con un poco de imaginación, que siempre va a necesitar este loco amor.

Ah, y vestías de amarillo, lo recuerdo.
Porque era el único color entre tanto blanco y negro.

Lolas Soledad

Debe ser porque estoy en esos días que la sensibilidad me mata, el amor me inspira, la tristeza me tumba, la melancolía juega su ley y yo intento jugar la mía.

(Te)(lo)(la)(los(lo)Quiero. Extraño. Recuerdo. Sonrío. Miro. Olvido. Vuelvo a recordar y a extrañar.

Son las tres y ahora quiero llorar por el frío que hay en otros corazones. 

Odio ese frío, odio ese vacío, odio a Soledad.
Soledad, por mucho tiempo viví atada a su sombra, a sus  cadenas, a su tristeza, fui presa de su eterna condena y tuve que esperar a un salvador, para librar mi condena. No voy a mentir, nunca me dejó ir por completo, y quizás nunca lo haga porque ella, cuando puede, me visita y porque yo, cuando quiere, soy su víctima.

En los momentos más recognitos y oscuros de mi vida, regresa, recordándome que ahí esta: que no se ha ido y que nunca se irá.

Y sé lo que es ser su sierva: fingir estar bien para no llorar, huir para no sentir, fingir para no vivir y esa es una condena peor que la de morir. Y  la detesto, porque esa condena, no es sólo mía, es compartida.

Compartida por las que sonríen, por las que te ignoran, por las apuradas, por las estudiosas, por las que lloran. Compartida por tus amigas y por las que alguna ves lo fueron.
Compartida por todas, y por ninguna.
Compartida por tí y compartida por mi.

Soledad, aún no llega el invierno, déjalas en paz y deja que encuentren su camino de felicidad.

09 abril 2011

...and the reason is you.

Yo no soy mi mamá y hoy abrí los ojos.
Yo no soy mi mamá y hoy me di cuenta que no tengo por qué condenarme a un mal de amor, sin argumentos ni razón.
Yo no soy mi mamá y hoy me di cuenta que merezco ser yo.
Merezco arriesgarme, así pierda o gane.
Merezco intentarlo, así tenga que dar mi vida a cambio.
Y después de 18 años, me di cuenta que merezco romper el maldito patrón del dos mas dos.


El dos mas dos que siempre me dio la seguridad para decir adiós, pero no para decir vuelve.
El dos mas dos siempre dio miedo, de no aburrir, de que me aburran. 
Ese dos mas dos que siempre me dio cuatro y que hoy quiero que me de cinco.


SE que no soy el mejor partido: bipolar, inestable y lo suficientemente loca como para querer que dos mas dos me de cinco, pero yo se que me puedo dejar querer con la libertad con la que sólo tú quizás puedes hacerlo. Así que por qué no?
Por qué no dejarme querer, al menos esta vez?


Y por qué no, quererte, con todo mi corazón?

06 abril 2011

Que verte fue sólo el inicio, antes de perder el juicio.

03 abril 2011

Ollanta lee, Toledo tiembla, Keiko engatusa, Castañeda agrede, Kuczynski domina...y yo te extraño.

Soul sister

Hermanita, llego mi momento feeling.

Hermanita, de verdad me parece increíble lo gran amigas que hemos llegado a ser, y aunque personas digan: 'aay como pueden llevar toodos los cursas juntas y verse 24/7', o como alonso que ya no queria ver a su amigo por llevar 5 cursos con el. Eso lo veo totalmente ajeno a mi. Porque nuestra amistad es 100% fresh, osea podemos HACER NADA y relajado, no es que tengamos que estar haciendo algo siempre, y eso para mi es importante porque tu sabes lo freak que soy con los silencios incomodos jiji.

Tenemos una amistad de verdad, que podemos hablar de TODO y de todos, porque sabemos que no nos vamos a defraudar. La confianza es muy importante en la amistad y nosotras la gozamos.

Te queria pedir disculpas porque yo se que a veces (o quizas muchas veces) soy insoportable y chinchosa, que pongo cara de poto, pero es que siempre he sido medio loca, soy bipolar, jaja pero de verdad. Y tu no tienes la culpa asi que no me la debo coger contigo. Voy a tratar de no amargarme por las huevas. 

Gracias por todo hermanita, por siempre escucharme y por siempre estar ahi. Por maquinear conmigo, por hacer cosiiiitas como las de  hoy, por comprenderme y por ser mi hermana.

Tu sabes que cuentas conmigo siieeempre :)

Me encanta esto de intercambiar ropa y que estemos pensando en hacer algun proyecto juntas (...) como los emprendedores. (...)

Gracias por todo hermanita, te amo.



Me hiciste llorar.

Debo admitir que llegué a la universidad sin el afán de encontrar alguna mejor amiga, inclusive ni siquiera lo veía factible porque yo ya iba con una de mis mejores amigas de cole; sin embargo, por alguna extraña razón, la vida nos puso en el mismo camino. Un mes después, éramos inseparables. No se como fue que congeniamos tanto y ni siquiera pensaré en el por qué, pero si hay algo que le debo agradecer a la vida es que me haya dado una amistad pura, real, sincera. 

Ahora paramos literalmente todo el día juntas fantaseando con amores que ya nunca regresarán; imaginando los que vendrán; bailando al ritmo de la música o de la no música; estudiando, o al menos intentándolo; riendo de nosotras mismas; jugando con extraños o intercambiando secretos y llorando un poco en silencio.
Podemos hacer todo o bien no hacer nada, tal y como las hermanas.

Ahora si puedo decir que la conozco demasiado bien, tanto así que sé cuando se aburre o cuando le entra su bipolaridad extrema de reírse y ponerse aguafiestas en un mismo segundo. Sé cuando esta preocupada pero quiere no parecerlo.  Se todo lo que piensa de mi y ella sabe todo lo que pienso de ella,  bueno y lo malo. Sin secretos ni mentiras. 
Al derecho y al revés.

Y le debía estas palabras, al igual que miles de buenos consejos, sobre todo porque ella me esclareció lo que era una verdadera amistad cuando la turbulencia quería confundirme, ella estuvo ahí. Ella estuvo ahí en mis momentos más oscuros cuando yo ni siquiera estuve para mi, sacándome de mi locura, con un plato en mano y una puteada de esas que no fallan. Y aún cuando yo no quisiese escucharla, ella siempre me aconsejó sin motivo ni razón. 

No es sólo un año de amistad, es un año de hermandad, Ale, porque eres mi hermana y no existen palabras para agradecerle al destino por haber puesto tu amistad en mi camino.