30 septiembre 2009

Óleo en corazones palpitantes.

-No te voy a decir que estoy enamorada, o que me desvivo por él, porque es mentira. Sólo sé que me gusta conversar con él en las noches, me gusta que me haga reír, y me gusta hablar de tonterías...yo, bueno, eso, es lo único que sé gorda.

Y sus ojos me analizaron un par de minutos, después me sonrió.

Sabía que me creería porque si algo sabe Alejandra de mí, es simplemente todo. Sí, ella me conoce literalmente desde el pelo hasta la punta de los pies, y en este tiempo he descubierto la facilidad  que tiene de saber qué pienso y qué siento con tan sólo una mirada. Ella sabe cuando miento, cuando la melancolía intenta ganarme la batalla y cuando pierdo en el completo intento de instaurarme un gusto.
Ella sabe que esta vez no miento.

Le di una sonrisa y volví a cantar, mientras el olor a óleo y pintura se impregnaban en mi aire.

29 septiembre 2009

A thousand miles.

Hoy di el primer paso hacia mi futuro. Y admito que me sentí ansiosa, porque sé que este rumbo marcará lo que soy, y seré, sin embargo siento algo de melancolía porque sé que ustedes seguirán a kilómetros de mi, y lo más probable es que verlos se vuelva una misión casi imposible.

No me gusta pensar en cuanto los voy a extrañar, ni en las palabras que quise y quizás nunca les diga. No me gusta pensar en eso, porque es ver el vaso medio vacío a un futuro que sé que será prometedor. Porque tengo sueños, y ansío poder comenzar a cumplir uno por uno.

Ahora voy por mi futuro. Por mi camino, ahora me presento a nuevos días grises, azules. Ahora conoceré a nuevos amores, y venceré nuevos miedos.

Ahora soy yo, contra el mundo.

Yo, con un pasado lleno de recuerdos. Reuniones catástróficas, risas al por mayor, borracheras memorables, intentos fallidos de besos, y un par de besos fallidos.

Hoy, me siento la peor hipócrita cediendo ante una tentación que solía odiar. Y no, no hablo de tí. Y sí, eso fue sarcasmo.
Y quiero un cigarro, aunque sé que eso no mata la distancia, mata mis ansias.

28 septiembre 2009

Archivo de un capricho caducado.

En alguna canción escuché que la memoria es traicionera, y es verdad. La memoria te traiciona, y sobre todo me traiciona a mi.

Ya me había olvidado de archivar aquella hoja con frases sin coherencia, y palabras que no riman dentro de la carpeta de recuerdos olvidados, sin embargo hoy se encargaron de recordarme cada palabra, cada frase y su supuesto significado. Sí, supuesto, porque esta vez algo cambio.

Solía recordar el poema y guardarle un par de suspiros, solía recordar el poema y ponerme algo nostálgica, solía tanto, que hoy suelo nada. O al menos nada parecido a lo que antes era... porque dejé pensamientos de lado y le di a mi cabeza un largo respiro.

Me di cuenta que había transformado un gusto pasajero en un capricho, y se lo había regalado  mi imaginación para que jugara con él, y mi inconciencia. Traicioné la cordura, y dejé que la locura se apoderara de mis noches.

Y error tras error me metió en mi propio círculo vicioso, sin darme cuenta  hace un tiempo atrás que él no era para mí (Y no porque sea un mal chico, porque aún con sus imperfecciones puede llegar a endulzar tu lado más frío, si descubres su interior) sino porque nunca sentí todo lo que creí sentir. Mis emociones tendieron a exagerarse porque a veces se suele idealizar la perfección de algo en alguien, y en este caso, la perfección de un romance loco e inoportuno. Sí, vuelas al séptimo cielo, pero luego aterrizas.

Al final siempre lo haces, aún cuando tome días, meses, incluso años, la gravedad termina por atraerte a tierra de alguna u otra manera.

Ya lo hizo conmigo.

Y este no es mi poema. Este poema es de aquella ilusión caducada meses antes de su fecha de vencimiento. Una ilusión que me permitió ganar un premio, y sentir que mis palabras, no eran por las puras.

Consumamos un trato

Prometo rescatar tu olvido,
Si rescatas mi ilusión.

Prometo no esconderte los acordes de mi voz,
Si no me escondes el vacilar de tu mirada.

Prometo regalarte el calor mis abrazos,
Si me regalas tus sonrisas.
Prometo tatuar el sabor de mis besos en tu rostro,
Si tatúas el aroma de tu piel en mis mejillas.

Prometo enterrar temores que siguen mi rastro,
Si entierras fantasmas pasados.
Prometo jugar con tu mal humor hasta extinguirlo,
Si juegas con mis risas, hasta que sólo su eco rompa todo silencio.

Prometo recorrer el camino perfecto a tus labios,
Si recorres el camino imperfecto hacia los míos.

Prometo pintar de ternura, tus ojos,
Si pintas de tu azul, el gris de mis días.

Prometo ser el tequila que deje inconsciente tu melancolía,
Si eres el superhéroe que me salve, de mi misma.
Y prometo entregarte mi corazón,
Si me entregas la mitad del tuyo.

Hagamos un trato donde no hallan ganadores ni perdedores,
Donde juguemos hasta que la luna no sonría,
El amanecer nos robe bostezos y un nuevo día sea testigo de besos.

Hagamos un trato sin argumentos,
Donde el sol despida caricias,
El mar nos robe suspiros y el cielo se destiña de ternura.

Hagamos un trato sin fecha de caducidad,
Sin expedientes que nos condenen,
Ni palabras que el viento se robe.
Donde enamorarse sea el pecado más dulce,
Estar juntos, nuestro eterno castigo.

Y sellemos un trato donde se nos permita amarnos
Hasta que el verbo se vuelva carne,
Y se albergue en ti, en mí.

Hoy dejé un capricho y abrí lentamente mi corazón al mejor postor.

27 septiembre 2009

Imperfecmente, perfectos.

Toca hablar de los consanguíneos, y de las primeras causas de mi actual inestabilidad emocional.

Quizás fue la edad, pero mi sueño de familia siempre había sido, papá, mamá, un par de hermanos, tres perros, una enorme familia, y al final yo, la engreída, la más pequeña. Sin embargo la realidad fue cruel con mi sueño, y cruda conmigo.

Mis papás se separaron un varias veces, gracias a sus interminables discusiones de adolescentes intentando ser padres, antes de divorciarse. Mi perro, el estéril, se fue con mi papá, y no tuve hermanos hasta los ocho. Nunca supe qué era tener una base familiar completa, ni mucho menos fui capaz de ver relaciones amorosas estables por largo tiempo, al menos no por parte de mi mamá, ya que en su soltería pude ver el daño que el amor en exceso te puede causar, y por qué tener una relación puede ser igual de malo que bueno. Sí, lo que me trajo como consecuencia tenerles recelo, pero eso es algo que contaré luego.

Sin embargo, aún con mi sueño de familia destrozado, si algo es cierto, es que las cosas siempre pasan por algo. La vida te quita, y la vida te da.

La vida me quitó mi sueño de pequeña de dos años, pero me dio dos familias: una estable en su plenitud, y la otra que lucha por hacerlo. Aprendo de una, enseño a la otra y divido mi tiempo entre los problemas de una y las soluciones de la otra.

Divido mis domingos entre ellas, y es una de las costumbres más dulces que he tenido hasta hoy.

No me puedo quejar. Tengo un perro, tres hermanos, y las incontables anécdotas de mi papá  y mamá,  que por separado, me llenan de vida.

¿Sabías que tenía un club de fans? No, ¿no?...

Sí, lo sé desde que tengo uso de razón papi, pero igual vuelvo a reír, con inestabilidad emocional, intentando ser la héroe cuando a veces soy la que necesita ayuda, amo mis familias.

La pregunta debería ser: ¿Por qué no?


Él tiene aún la receta para hacerme suspirar, y eso lo sé. Porque los ingredientes no son tan difíciles de conseguir. Lo difícil es lograr que el sabor que enamora, perdure, y que el viento no se lleve el encanto, y deje olvidado el desencanto.

Hoy ella me preguntó: ¿Por qué no?
¿Por qué no? Esa debería ser la pregunta que nos hiciéramos cada vez que dudemos
¿Por qué no arriesgarnos, si al final lo que no mata te fortalece?

¿Por qué no caer en la tentación, si al final igual vas al infierno?

¿Por qué no intentarlo una última vez, si ya lo hemos intentado varias veces? 

Arriesgarse es parte de vivir. Apostar es parte de ganar. Y ¿Por qué no? hoy, es parte de nuevas sensaciones.

¿Sabes? Esta vez no hay un no. Le respondí con una sonrisa.

25 septiembre 2009

Deja vù.

Yo reía en el momento en que sus ojos y mis ojos se encontraron.

Hoy no esperaba verlo, mucho menos esperaba que mi corazón acelerara un par de latidos, y que mi estómago sintiera revueltas dentro suyo. No esperaba sentir aquella sensación de sorpresa y alegría que no sentía desde mi cumpleaños. No esperaba sentir el deja vú de un par de años atrás donde él me regalaba su victoria junto con un par de suspiros, y yo, acorralada ante tanto miedo, se los devolvía. No esperaba que me robara un par de sonrisas. Y mucho esperé quedarme dormida pensando en él.

No, no esperaba sentirme así, porque no lo planeé, ni mucho lo imaginé, porque mis sentimientos nunca avisan su llegada, aún cuando algunas partidas, son obligadas.

Y quizás sea tiempo de dejarme encontrar y abandonar a la niña de los mil amores, la pequeña que aún cree en los cuentos de hadas, y en el juego del amor, aquella que quiere apostar todo, menos su corazón. Quizás sea hora de dejarla, para crecer.

Y encontrar un amor que sea capaz de dominar la parte indomable de mi corazón, aquella asignatura pendiente que pueda sellarse con un beso que no fue, y un te quiero que quizás aún en su exilio siga latiendo.


What a beautiful mess, this could be.

24 septiembre 2009

La chica de lo mil amores.

Viene una sonrisa, un par de miradas, y la voz de niña infantil que se apropia de sus cuerdas vocales cuando quiere llamar la atención de alguien, sobretodo si es de su interés.

Sí, ella quizás tenga mil amores bajo la manga, pero aún con sus mil amores, enredos, torpezas y gustos locos, ella nunca se ha enamorado.

Nunca. Porque aún cuando su corazón ha latido con desenfreno por alguien, ningún sentimiento ha sido lo suficientemente fuerte como para romper aquella barrera que, aún, dice no tener, aquella que bordea sutilmente su corazón y limita sus latidos hasta cierta dirección.

La chica de los mil amores, nunca ha sentido tanto por alguien como para dar el primer paso. La chica de los mil amores, nunca ha llorado realmente un desamor.
No, la chica de los mil amores, nunca se ha enamorado. No de verdad.

23 septiembre 2009

Él o no él.

Él es mio, suyo, nuestro chico perfecto.

Tiene el antídoto perfecto para hacerte reír, junto con la dosis exacta de cordura que te mantiene atada a tierra.
El de las bromas justas, y consuelos precisos. El  de los consejos fríos, y palabras tiernas.
Y aquel que alguna vez quisiste de esa manera, que hoy ya ni recuerdas.
Él es un viejo gusto guardado bajo recuerdos.

Él tu eterno amigo, y un amor imposible que aún cuando alguna vez quisiste, fuera posible, así es perfecto.

21 septiembre 2009

De celos y otros demonios.

¿Saben cual es la diferencia entre sus celos y nuestros celos?

Que ellos puede que se molesten, puteen al cielo por unos segundos pero después de un par de sonrisas, quizás uno que otro beso, y un te quiero, se olvidan la causa de su molestia. Vuelven a sonreírnos, y siguen la corriente de nuestra ternura.
Sin embargo, cuando nosotras nos celamos nuestro humor varía de una forma increíble, y estar molestas con ellos se vuelve una tarea de tiempo indefinido, que no se rompe con una sonrisa, y que no se extingue con palabras bonitas. El fastidio se adueña de nosotras, y también las enormes ganas de dar golpes bajos.

Y lo peor es cuando negamos estar celosas, y sin embargo cada síntoma sigue allí viviendo y regocijándose en nosotros.

Porque los celos nunca son amigos, por el contrario, son enemigos.

Enemigos públicos que invaden nuestro cuerpo.

No estoy celosa. ¿Por qué habría de estarlo? Como si me importara.

20 septiembre 2009

Un primer casi amor.

Tenía trece años la primera vez que lo ví. Él, era dos años mayor, y yo la típica chica que se enamoraba del amor.

Recuerdo haberle sonreído, recuerdo haberme sonrojado. Recuerdo mis nervios y un par de mariposas de más. Recuerdo cuanto me gustaba, y mi vacilar. Recuerdo cuando él me hablaba y yo me desorientaba. Recuerdo el comienzo, como una de las formas más tiernas en que las historias de amor comienzan: con inocencia, ternura, y quizás un leve golpe del destino.

Después de un par de meses de conocernos, él comenzó a buscarme a la hora de salida, y yo, o huía, o hablaba en exceso gracias a mis enormes nervios. Y aún cuando  no era fácil de comprender, o fácil de seguir, él siguió allí, encantándome, y pintando mis días de lo que yo creía, era estar enamorada.

Pero claro, fiel a mis miedos, arruiné todo. Quebré lo que quizás pudo haber sido una tierna historia, en una fiesta que suponía ser un comienzo y no un final.

Un sí, se convirtió en un no, aquel no que me hizo no saber de él hasta este año.

Sí. Él esta de vuelta en mi vida.

Con pocas palabras se insertó en mi día a día, y ahora no quiere sali, con el humor exacto y la dosis perfecta para robarme un par de sonrisas cuando lo he necesitado.

Esta de vuelta. Y me lo recuerda todas las noches.

19 septiembre 2009

Otra promesa que romper.

 Y no me di cuenta de cuanto la había extrañado hasta que comenzamos a conversar.

Sabía que sus consejos iban a ser directos e incluso un poco fríos, pero a veces necesitas la frialdad de las palabras para reaccionar, y Claudia, graduada como mejor amiga desde sexto grado, es el café que revive de insomnio, a mi corazón.

Ella es algo cerrada, y yo muy abierta. Ella no ríe mucho, yo lo hago en exceso. Ella puede de hablar de sexo sin titubear, yo quizás aún ría con ciertos dejos de niña infantil.
Es mi yang, yo soy su ying. Completamente diferentes, completamente compatibles.

-No sé por qué fue incómodo. -Confesé, mientras la música desbordaba mis oídos.- Incluso ese día, fue incómodo para mí, aún cuando intenté que no lo fuera, por él.

-Es porque la cabeza no la tenías en él. Y lo sabes bien. -Me dijo.

-Sí lo tenía...yo, ay.

Y al final, terminé aceptándolo, tampoco la podía engañar, y ni siquiera pensaba hacerlo porque ya muchos días lo había hecho y no quería escuchar a mi corazón lamentarse una noche más.

Claudia es el tipo de amiga que te dice las cosas claras con calma, la verdad más cruda, en su voz, suena inclusive, relajante, por lo que su consejo en aquel momento no me causó mayor preocupación. Tampoco sus reproches sobre mis grandes metidas de pata, mi lengua floja, y mi afán de dar el primer golpe antes de perder la pelea.

Y mucho menos, pensé en la promesa que le hice, lo que en estos momentos creo que fue un grave error. Al diablo, todo comenzó por un grave error. Que lo termine otro, no hará que las cosas empeoren.

Aunque conmigo, nunca sé.

A varios cientos de kilómetros.

Estoy a un paso de colgar mi uniforme, y con él un par de amores, a punto de cerrar la puerta de escritorios escolares y clases de vagancia. Tengo un adiós en la mano, un par de lágrimas guardadas para el día de despedida y las increíbles ganas de que este año no termine.

Una vez alguien me dijo que las personas que marcarían mi futuro se encontrarían cerca de mí, yo sólo sonreí, y lo único que pude decir fue que en ese momento, las personas que más me importaban y que amaba con todo el corazón, se encontraban a kilómetros de mí.

Ellos se encuentran a kilómetros de mí. Y yo a kilómetros de ellos, por eso tengo tanto miedo de que esto termine, porque no sé si la frecuencia sea la misma, si el cariño se mantenga intacto y la confianza rompa fronteras. Porque aún cuando con todo el corazón deseo creer que sí, se que la realidad podría ser otra, y yo no me imagino perdiéndome grandes momentos de sus vida, o ellos de la mía. No me imagino, ni quiero imaginármelo, porque quiero que ellos sean testigos de mi vida, quiero que ellos me vean enamorarme, me vean derrumbarme, quiero que revienten mi cabeza con sus reproches, y me enseñen de la vida.

Si el destino decide alejarlos, iré contra corriente, y si logra vencerme, estoy segura que tarde o temprano los volveré a ver.

Una vez me pregunté, como sería si eso pasara, el destino se encargara de llevarme por otros rumbos, y un día la vida decide cruzarlo en mi camino, de nuevo.

Y qué hago con este miedo al futuro?

My notebook

I'll be seeing you.
Yo pienso mucho, hablo demasiado y usualmente resuelvo poco. Tengo un corazón que me pide a gritos que lo escuche, y una razón que se asegura que no.

Quizás sufra de alzheimer, y si no, estoy segura que mi memoria traicionará buenos recuerdos.

Usualmente sufro de insomnio, duermo de revés si estoy feliz, y sino lo estoy, no duermo.

Odio soñar, y más lo.


Tengo un par de asignaturas pendientes, y en estos momentos estoy a punto de enamorarme. Aunque eso es algo que me pasa a diario.

Esto es lo que mi corazón siente. Como ya no lo escucho, este será su nuevo espacio para gritar cada sensación que lo haga vibrar, llorar, quebrarse, y revivir.