Y volviste, como una ecuación. Sí, regresaste con la incógnita precisa para alterar mi mundo como sólo tú sabes...no, sabías hacerlo. Sí, sabías, porque querías encontrar Y, la yo de hace dos años y la que este verano dejó de serlo...y te encotraste con Z.
¿Qué esperabas, que sea tu eterno verano? Lamento informarte que no es, y que no será así, que dejé de ser verano hace unos meses y me convertí en el más crudo de mis inviernos, hice que tronara en lima mi tristeza y me sumergí en llantos que la lluvia compadecía.
Me volví el antagonista de mi vida y tuve una lucha con los peores demonios que residían en mi.
Toqué fondo, y perdí conciencia, granicé de rabia y por poco muero.
Toqué fondo, y perdí conciencia, granicé de rabia y por poco muero.
Sin embargo resurgí, y hoy sólo quedan residuos de aquel frío invierno. Residuos que le abren paso a la primavera, a mi primavera.
Y como verás, desde hace mucho en mi vida, no hay espacio para tí.