28 febrero 2010

Mirando a los ojos del pasado.

Pasado, eso ha invadido mi presente.

Por los recuerdos.

¿Y qué me llevó a recordar? Extrañar, con la nostalgia presente en primera fila.

Supongo que eso pasa, cuando por primera vez en tu vida, llega la etapa escolar y tú ya no eres el protagonista de las eternas compras de útiles, de las largas horas probando uniformes. Ahora sólo eres uno de esos tantos espectadores que andan por la calle mirando con melancolía lo que alguna vez fue parte de su vida.

Ahora eres uno de esos tantos, que sólo les queda recordar. Pero así es, oficialmente se acabaron los días escolares. Se acabaron las payasadas en salones. Se acabaron las peleas matutinas, y las risas espontáneas. Las clases, los profesores...después de cinco años, se acabó la secundaria.
Después de once años, se acabó la etapa de colegial.

Y de ser hoy como uno de esos tantos años pasados, no podría cerrar el ojo en toda la noche, inventando un primer día de clases inolvidable, comenzando un año lleno de expectativas, pero no. Mañana primero de marzo, será el primer, primer día de clases al que no asistiré. Y esta será la primera noche previa, en la que si dormiré.

El tiempo pasa, las cosas cambian, pero si hay algo que siempre quedará en mi, son todos los maravillosos recuerdos que cada pasillo del América me trajo.  Ahí aprendí, ahí viví, y no me arrepiento de haberme equivocado, no me arrepiento de haber tropezado, porque eso me enseñó a caer, y a levantarme en el mismo instante.

Y podría enumerar todo lo que aprendí al margen de números y letras, pero la lista sería eterna.

Este no es uno de esos tantos años, es un año diferente. Es el comienzo de una nueva década, el comienzo de una nueva era. Sin embargo, nunca olvidaré aquella de once años que me capturó y encantó desde el ocho de marzo de 1999 hasta diciembre del 2009.
Hasta el presente.

Y por hoy yo sólo quiero recordar cada momento donde una blusa mal puesta, y zapatos de niño me acompañaron.

Cuando duermes, y adivino lo que sueñas.

No sé qué fue, pero soñé como no soñaba desde hace un año.

Soñé algo tan real, que supe era irreal. Soñé, lo soñé, los soñé. En uno de esos inolvidables balcones del colegio, con la huida matutina, y la cercanía tan lejana.

Y en estos momentos me pregunto, ¿Alguna vez...?

27 febrero 2010

Send them your heart.

Primero Haiti, luego Japón, y ahora Chile.

Chile nuestro país vecino, nuestro país no tan hermano. Chile, destruido y yo que me pregunto: ¿Y si hubiera sido Perú? ¿Si las placas tectónicas de la tierra se hubieran desplazado cientos, cientos y cientos de kilómetros hasta hacer temblar el suelo en que pisamos?

¿Ahí, qué?

Ahí la catástrofe hubiera sido nuestra película, y las desgracias su protagonista. ¿Y qué pasa si termina ocurriendo? Yo que tengo tantos asuntos pendientes. Yo que tengo tantos sueños por cumplir. Yo, y el resto de peruanos...en mi imaginación. Yo, y el resto de Chilenos, en la realidad.

Mi corazón, va con ellos, y mis más profundos lamentos también.

Porque nadie es culpable que la naturaleza nos juegue una mala pasada.
Nadie.

Y hoy me di cuenta que no hace falta que sea el 2012 para que se acabe el mundo. El fin del mundo es cuando un terremoto de 8,8 grados te visita en plena madrugada.

El fin del mundo es ver cómo todo a tu alrededor se derrumba. Eso es el fin del mundo. Y este es el momento para demostrar la solidaridad para con ellos, dejar alguna fricción de lado, y hacer de este mundo, una sola mano que les pueda dar el apoyo que necesitan.

So they'll know that someone cares.

26 febrero 2010

:')

Estoy feliz, así la puedo poner.

Cuando ves a personas que no veías desde hace mucho, hay algo inevitable dentro de ti que te hace sonreír, que te hace cantar.

Si, los había extrañado mucho más de lo que pudieran haber imaginado, más de lo que hubiera podido demostrar.

Sol, playa, y viejos conocidos, me hicieron el día.

24 febrero 2010

So what if I miss you.

 Un misterio, eso son.

Sin embargo nunca te das cuenta hasta que tu mejor amigo comienza a tambalearte con su poca inestabilidad. Y por más que lo extrañes, por más que lo quieras, ya tanto es el fastidio que decides dar un paso al costado y dejarlo ir.

Dejarlo molestarse, dejarlo cambiar de opinión, y no hablar claro. Tú lo dejas, porque ya hiciste todo, hablaste claro, y tienes muchas cosas en tu cabeza que se resumen con los términos mamá, poca paciencia y mal humor, como para aumentarle otro más.

Aún cuando es más difícil que...basta. Muy sensible me vuelve patética.

¿Y qué si te extraño?
Me trago el cariño y pongo la mejor máscara de orgullo al frente mío.

23 febrero 2010

Mis tres grandes amores.

Mary...¿Me creas un msn?
¿Correo?
Si, eso, para hablar con mis amigos.

Yo sonreí, mientras la nostalgia, con una máscara de diferente color, se asomaba a mi puerta.

El tener hermanos menores con una diferencia de ocho, nueve, diez (o casi once) años es para mi, como tener hijos. O hermanijos. Una extraña mezcla de la frescura, la confianza liberal, y los eternos fastidios que tienen los hermanos, junto con la nostalgia, el afán de protección, y las puteadas maduras que tienden a presentar los padres.

Paulo es el mayor, el más independiente, el compañero de juegos. Él es confidente, y tan maduro como niño a sus cortos 8 (casi) 9 años.

Luego esta Mica, la menor. Ella es la que ríe, llora, juega, jode, y vive con la misma intensidad, una bombita que en cualquier momento puede estallar.

Y finalmente esta Giulio, él no es el menor, sin embargo es el que más me necesita. Vivió una historia un poco más oscura que la mía lo que hizo que no fuera un niño social. Mas bien, durante un tiempo vivía solitario, amargado...y eso me rompía el corazón. Porque claramente era una forma de desahogar la tristeza que llevaba adentro. Tristeza que con el paso de los años, todos vivimos luchando.

Por lo que cuando me pidió que le creara un correo para hablar con sus amigos, cuando me contó que se divirtio más que nunca...cuando lo hizo, quise llorar. Quiero llorar. Probablemente sea porque estoy en esos días malditos, pero ver que él ya no es ese niño problemas, que esta creciendo y madurando. Que esta viviendo y riendo...eso es el motor de mis días.

Y aunque no sea buena demostrándolo, aunque a veces sea otro niño más, yo los amo. Y esos tres pequeños son mis tres grandes amores.

Son mi vida.

22 febrero 2010

My almost, almost, lover.

La cuenta regresiva para el encuentro.
Tenía catorce años, y un corazón desesperado por latir a la primera vista que divisara. Y justo el día en el que el sol decidió irradiar en pleno invierno, él se cruzó en mi camino. Con esa combinación perfecta de ojos y mirada que te dejaban hipnotizada de pies a cabeza. 

Sí, tenía catorce años, cuando lo vi por primera vez.

Y tenía catorce años, cuando pensé: "Me enamoré".

Con la timidez que a veces necesitas, la ternura que te enamora, las palabras que te aterrizan, y los susurros que te hacían soñar, él era de ensueño. Muy bueno para ser cierto, muy cierto para hayarse cerca. Y antes de poder soñar, me di cuenta que -dejando de lado mi poca estabilidad emocional para con las personas que me encantan, fascinan, entre otros- él estaba a kilómetros de lo que podría y no sería. Él  estaba al extremo de palabras y besos que nunca ocurrirían.

La distancia venció nuestros años, y al final lo único que guardé fue un segundo de su risa.

Hoy me enteré que lo volveré a ver, después de tres años, y en aquel instante reviví el momento exacto en que lo conocí, con una bolsa de metro en mano, mi corazón desconfigurando el reloj, y su mirada azul, con esos perfectos ojos verde, y esa sonrisa, tan inalcanzable, de viernes.

21 febrero 2010

I'm ok, I miss you.

Lo extraño.

Extraño que me cuente sus aventuras y que se burle de mis desaventuras.
Extraño que me haga reír hasta llorar, y yo hacerlo renegar hasta putear.
Extraño sus visitas y nuestras caminatas por el mundo.

Extraño su mirada de "Te conozco", y mi respuesta de "Te odio".

Y sobretodo extraño ser su hermanita, pero ¿Qué puedo hacer? Quizás todo sí tenga su final, y nada dure para siempre.

Ni siquiera ese tipo de amistad que imaginé eterna cada día de mi vida, hasta que me di cuenta que todo cambió.

O que al menos así lo siento yo, como si estuviera cada día un poco más lejos de mi y de lo que éramos: Dos infaltables amigos que podían hablar horas y horas de la vida.

Dos eternos hermanitos.

19 febrero 2010

Sus demonios.

Porque hasta quien menos lo imaginas, los tiene.

Pero en su caso es comprensible. Tú te imaginas una historia de amor de secundaria. Con campanas y claveles, con coros de ángeles y sonrisas perfectas. Después termina el colegio, sales de esa burbuja de secundaria y te das cuenta que sólo fuiste tú. Tú y tu cabeza, tú y lo que sentías.

Supongo que cuando eso sucede y aterrizas después de casi tres años, el golpe duele. Los labios queman, tu garganta arde, y minutos después te das cuenta que todos los ángeles que tenías en tu cabeza, se transformaron en demonios.

Y es así como terminas gastando tu noche, con una botella en mano, y mil y un demonios saliendo de tus labios.

18 febrero 2010

¿Cómo sacar a un chico de tres años en tres horas?

Sacarlo, dije. No olvidarlo. Olvidarlo toma más de tres horas, más de tres días, y quién sabe si más de tres meses. Sin embargo para sacarlo de tu vida, necesitas una gran gran gran motivación, tres horas de tu vida, y a tu mejor amiga al lado.

¿Y cual es la motivación? Asesinan tu corazón.
Casi no sientes la bala que viene directo de un cobarde, ese que no se atreve a dar la cara. Sin compasión, como una hiena devorándose a la cría, y con el enredo de mentiras y descaros más grande que una telaraña logró tejer jamás.

Asesinaron tu corazón, y es ahí donde te das cuenta que ya no hay nada que perder en el lugar que él ocupaba en tu vida. Así de simple, asesinan el amor, y te quedas vacía...casi completamente vacía, hasta que la decepción, la rabia, y la razón te toman de prisionera. Y es ahí donde vienen las tres horas de tu vida.

En la primera lloras. Lloras, y te refugias en el hombro de tu mejor amiga. Termina empapado, y tú con los ojos hinchados. Luego te entra la rabia, y aprovechas en sacar todo lo que te recuerda a él. A los momentos bonitos, a los momentos inimaginables. Los sacas y lo pones en una bolsa, dirección, su casa. Después borras mensajes, y todo lo que te lo traiga en mente. Así será más facil no ser tan masoquista.

Y vuelves a buscar a tu mejor amiga.

Ya en la última hora, te das cuenta, que si, perdiste. Te enamoraste y perdiste. Te rompieron el corazón, y así sucede a veces. Sin embargo aún cuando demores en olvidar, sabes que sacarlo así es la mejor opción, y no hay nada más que puedas hacer.

Sólo esperar, y olvidar.

16 febrero 2010

¿En qué...en qué momento? 

¿En qué momento cambia todo?


¿En qué momento te das cuenta que la realidad no es ni la mínima parte de lo que imaginaste?

¿En qué momento tu vida toca tierra y te encuentras bajo una lima gris que intenta robar un poco del amarillo del sol?

¿En que momento te das cuenta que esta niña tiene que crecer y dejar a un lado la sonrisa de payaso que ríe, escondiendo su puchero?


En el preciso momento en que despiertas, y te das cuenta que ya no estás soñando.


En el preciso momento en que miras todo a tu alrededor, y aunque por un segundo la verdad te tienta, decides dar un respiro, y seguir durmiendo. Y seguir soñando.

15 febrero 2010

Pasó nuestro cuarto de hora... pero aún sabíamos reír.

Y aún lo sabemos, pero ¿A quién engañamos? Ambos sabemos que no somos más que viejos conocidos, con historia, que ahora intentan amortiguar la soledad.

Ambos sabemos que la magia no es eterna, y en este caso, no es renovable. Porque en estos días de sol intenso y azul eterno, descubrí que su magia en mi caducó cuando el se marchó de mi vida dos años atrás, y que últimamante, lo único que creí sentir dentro mío, no era más que la sorpresa de que tropezara en mi camino después de marcharse sin decir adiós. Ese, te quiero porque no te tengo inevitable que siempre toca la puerta de nuestros corazones. Sin embargo, ya no soy esa María Claudia. Ya no soy  esa chica de décimo que se moría por el chico malo. Ese que hacía lo que quería, cuando quería, que iba y venía sin ser llamado. Ese que robaba tu corazón y olvidaba devolvértelo.

Y ya no soy la chica de quince días atrás, que lo aceptó en su vida debatiéndose entre demonios absurdos, que simplemente querían decirle lo que estaba claro en su corazón, debajo del polvo de fantasías pasadas. De encantos pasados, muy pasados. Encantos que  parecieron haberme enamorado tiempo atrás, y por hoy, perdieron contra mis defensas.

Él desde hoy esta descartado de mi lista de amores, porque si bien es cierto somos dos viejos amigos con historia que juntos la pasan bien, se olvidaron de qué era increíble.

Increíble es llenar cada milímetro de tu cuerpo con su voz, increíble es, es sentirte enamorada de pies a cabeza. Eso es increíble.
Y  no importa cómo lo pongas, bien nunca será increíble, y nunca logrará enamorarte.

Ay cordura, ¿Dónde te has metido toda mi vida?

14 febrero 2010

14, 2010.

Podría hablar de mariposas ausentes en mi estómago.
Podría describir mil emociones, sin sentir ninguna ellas.
Podría  componer un poema sin vivir sus versos.
Podría trazar un corazón, sin que pueda latir.
Y podría redactar mil y un palabras de amor hacia alguien, sin conocerlo, sin saber qué es.

Porque lo único que sé hoy, es que tengo un vestido azul, que espera a un príncipe que demora en llegar. Que se ha perdido en encontrarme o simplemente aún no se decide en salir a buscarme.

Tengo este vestido azul, y un corazón rojo que espera algún día latir como siempre ha imaginado, a fantaseado...pero mientras eso no ocurra y la realidad se haga cargo de despertarme cada día de mis sueños, cada catorce de febrero seguirá perteneciendo a las personas que amo, a mi familia, a mis amigos, y a mis quince hermanitos que este pequeño corazón extraña, cada día un poco más.

Feliz catorce para ellos.

Feliz catorce para los que comparten el amor con la persona que nunca imaginaron, y que siempre soñaron.

Feliz catorce para los que viven el amor, aún así no tengan con quién.

Feliz catorce para los que odian el amor, sin saber que tarde o temprano tocará la puerta de su corazón.

Y feliz catorce para esta soñadora que nunca parece despertar.

13 febrero 2010

Yo no creía, pero.

Siempre hay un pero.

Yo no creía en el amor a primera vista, o bueno, probablemente si, pero no creía en que pasara.  Porque es lo normal que no pongas las manos al fuego por algo que no ves, que no te ha sucedido, sin embargo cuando te levantas una mañana, a las siete por obra y gracia del sol más grande nunca antes visto, y comienzas a caminar mirando de aquí para allá, cantando, escuchando todo, y nada, no es propenso que un chico te detenga en medio del camino, con una cámara en mano, y la sonrisa del día.

No, tu no crees en el amor a primera vista hasta que lo ves, y recuerdas que eres una de las personas más enamoradizas de la tierra. Una de las personas que de un "Hola" te sacan la historia completa con un final de flores, besos y amores.

Una de las personas que en ocasiones pueden resultar ser las más torpes. Si, tú eres una de esas personas, y cuando el chico sonrisa del día, te pide si puedes retroceder, y volver a avanzar con la risa que segundos antes traías, tú lo miras y lo único que dices es: 'Claro'.

'Claro'. Y una de esas risas nerviosas. Quieres ocultar tu rostro pero no hay lugar, así que sólo retrocedes y piensas en algo muy gracioso para volver a reír, y que el chico sonrisita, pueda filmarte.

Y lo hace. Y tu vuelves a sonreír.  Y en el momento en el que decides seguir tu camino, él coge su cámara y te pregunta: ¿No me vas a preguntar para qué te filme?

Y tú lo miras, y lo único que dices, para variar, es: 'Claro'.

No, yo no creía en el amor a primera vista, pero hoy es uno de esos días donde creo en todo, porque eso pasa cuando vives perdida y completamente enamorada, de la vida.

12 febrero 2010

To the end of the world.

Si Dios hubiese separado la realidad (O sea, todo el mundo) y las dunas, en paraíso e infierno, este sería el paraíso.

Aquí podrías vivir toda una vida y vivir cada día mejor que el otro. Así de bueno es. Tiene todo todo lo que un ser humano puede necesitar para olvidarse de la realidad, deporte, aire freso, playa, piscina, cine hasta...todo, excepto claro, tu mejor amiga.

Y cuando ella realmente te necesita, este paraíso ya no se ve tan bueno. Este paraíso, va decayendo de a pocos, y te das cuenta que no debes de estar acá. Debes de estar a 318 kilómetros de lo que pensaste perfecto, para estar a su lado. Debes ir a la realidad para acompañarla con un corazón ahora morado.

Es así como me siento en estos momentos,  con ganas de estar a su lado, bromear, contarle mis enamoramientos casuales, un par de anécdotas, o alguna torpeza necesaria, que la haga reír y a la vez  olvidar que el amor, esta haciendo pendejadas en su corazón.

Que quiere pero simplemente no. Así como yo, que quisiera regresar, pero simplemente no.
Hasta que la vida me quiera de vuelta. O bueno, mi papá.

10 febrero 2010

I'm a little torn.

No sé que es. 

Debería estar saltando de felicidad, respirar mariposas, ver todo rosa. ¿Eso es lo que sientes cuando te gusta alguien, cierto? Te sientes bien. Feliz. Nada puede ser mejor en tu vida, así debería sentirme yo,  y aunque quizás no tenga nada que ver con él, o con el amor, o con algún que otro demonio, me siento igual que las flores amarillas que están al frente de mi casa: Marchita.

Ellas ya no inhalan su dosis completa de sol, y yo no inhalo la dosis de alegría que inhalaba al día. 

Marchita, perdida, así me siento hoy. 

Como si justo hoy, no entiendes por qué la Tierra demora 31 449 600  minutos, para llevarse un año, o por qué las estrellas aún cuando se pueden ver tan de cerca, son tan inalcanzables.

Hoy no comprendes de qué es lo que pasa alrededor tuyo. De por qué las horas se demoran en pasar  alrededor. No comprendes como a un lado, ves lágrimas de amor, y en la otra esquina ves otro par, de desamor. No sabes las razones de la traición y te das cuenta que la maldad, no es pesadilla, es realidad.

Los colores se destiñen y las flores se marchitan en cada esquina. 
Mis flores se marchitan.

Y yo me siento incompleta.

Ahora debo de terminar de hacer mis maletas para Ica, y perderme a 318 kilómetros de la realidad, sintiéndome más incompleta que nunca.

Más vacía que ningún otro día.

09 febrero 2010

Y me prometes regresar.

No fue como la vez pasada, sin embargo, pese a mi lentitud el día de hoy y a mi raro humor...fue refrescante.

Salimos al parquesito, conversamos, intenté controlar mi equilibrio en cuatro ruedas, y después de darme cuenta que puedo ser realmente despistada, me rendí.
Aunque debo admitir que faltó algo, igual me tengo esa sensación de maripositas dentro de mi, al saber que dentro de una semana -si es que ya estoy en Lima- lo voy a volver a ver.

Descubrí que comparte hasta cierto punto (porque no todo le parece positivo) mi ideología de una relación sin etiquetas, también que piensa que el mundo se esta destruyendo de a pocos. Descubrí que su papá falleció el día en que le entregaron su DNI, y quiere, pero no siempre dice todo lo que siente. Descubrí que ama pelear, odia todo equipo nextel, y en ocasiones realmente cree que es invencible.
Ah, lo olvidaba, también descubrí que me gusta pasar tiempo a su lado, bueno, eso no lo descubrí. Eso es algo que ya lo sabía.

Algo que volveré a sentir, si cumple su promesa de regresar.

Esta en camino, aunque había olvidado un pequeño gran detalle: Mi papa y Gisselle están de vacaciones, en pocas palabras, toda mi familia estará de invasora.

Que linda tarde la que se me viene.

08 febrero 2010

Memoria.

Recuerdos, eso es lo que hacen nuestra vida, nuestros buenos y malos recuerdos.

Claro que tu guardas los buenos, los atesoras en un espacio de tu mente al cual tienes acceso una vez al día, o al cual te permites visitar cuando la melancolía toca tu puerta. Si, imposible olvidar los buenos momento, pero, ¿Y los malos? ¿Qué haces con los malos recuerdos? ¿Acaso se desgastan hasta desaparecer por completo o puede nuestra memoria eliminarlo voluntariamente?
¿Alguna de esas opciones son viables?
 ¿Y de ser así, cuanto tiempo han de tardar? ¿Horas, días, meses...años?

Hoy entre risa y risa, encontré mi caja de recuerdos del año pasado. (¿Grave error?) Con mi mundo entero. Desde hojas secas, cartas para diversos destinatarios, frases que no recordaba, hasta sentimientos no retornables, que había dejado guardados en uno de esos rincones de tu corazón que te abstiense a visitar, hasta que te des cuenta que por hoy, no sólo son más que un cosquilleo dentro de ti.

Hoy, entre risa y risa, yo lo visité. Majo me acompañó en mi travesía. Y recorrimos desde los buenos hasta los malos momentos, aquellos de los que no me arrepiento, aún cuando se que fueron un error, porque son cosas que te ayudan a crecer, y a mi, me ayudaron a recordar no olvidar que no debo de dejar de ser precavida en todo lo que tenga que ver con el amor.

Que el corazón es algo muy preciado y si quiero volver a entregárselo después de exactamente dos años debo de tomar las precauciones debidas. Lo que tampoco quiere decir, que deba arruinar momentos especiales, o poner excusas tontas.
Debo evitar bloqueos, y sólo dejarme llevar por el viento.
Evitar pensar, y dejar que los sueños me hagan volar una noche más.

Sólo debo dejar que los momentos fluyan, y que la magia se esparsa.

Y finalmente dejar que mi vida se vuelva un incomparable recuerdo el cual, pueda dar luz, a cualquier alma gris.

07 febrero 2010

Talk with me now, and into the night II.

Después de un Caldo de Gallina, después de perdernos por el mundo, llegamos terriblemente cansadas y no hicimos más que tirarnos en la cama a comer gelatina, exactamente como el verano pasado.

-Gisselle tiene miedo. -Le dije, después de contarle a mi mejor amiga acerca de la película 500 days of Summer.

-¿Por qué, gorda?

-Porque después de ver la peli me comenzó a preguntar si el divorcio de mis papás había afectado algo a mi vida...sentimental.

Ambas compartimos una de esas miradas que lo dicen todo, y reímos.

-¿Y tú que le dijiste? 

-Yo, bueno, cambié de tema. Pero, me imaginé diciéndole algo así como que un: No afectó en mucho, sólo que me abrió la mente, y aún cuando me encanta todo lo que tenga que ver con enamorarse, tener una relación seria...tener la etiqueta de enamorados, no me parece algo muy importante.

-Si pues, las etiquetas sólo son una formalidad.

-Exacto, yo, yo no me veo en una relación con él, o con alguien. Yo sólo me contento con pasar buenos momentos a su lado, reír, jugar, ver películas, que me haga cariño, bromear, jugar, cocinar...sólo momentos.

-Es que la vida esta compuesta de eso, pequeños y lindos momentos que te enamoran.

-Exactamente, gorda. Exactamente.

06 febrero 2010

Talk with me now, and into the night.

No teníamos taxi.
No teníamos ánimos.
No teníamos zapatos.

¿Y adónde fuimos a parar? A un restaurante de Caldo de Gallina, abierto las 24 horas, en la avenida Universitaria. Preciso para una noche de aquellas donde dos amigas se olvidan de absolutamente todo, por absolutamente una nada.

-Ya no duermo, gorda. -Le dije tomando una cucharada del caldo que compartíamos. Recordando últimas noches donde podía cerrar el ojo, a las cuatro de la mañana.

-¿Por qué?

-No sé, porque pienso. Pienso, pienso, y pienso. Pienso en cómo quiero que salgan las cosas, pienso en cómo creo que saldrán o en como creo que no y todo termina saliendo completamente diferente. Como puedo odiar eso.

-Algo así me pasa. ¿Sabes? Cada vez que discutimos, hay tantas cosas que quiero decirle, así que las pienso y en mi cabeza suenan perfectas, pero cuando se lo digo es como un entrevero de palabras que no congenian entre sí...cuando se lo digo todo suena tan, tan mal, que me siento idiota.

-Quizás es porque no deberías pensar tanto en lo que le quieres decir. O quizás inconcientemente él te intimida.

-No, no creo, no lo sé, pero siempre, siempre me pasa, y me cansa terriblemente.

-Lo imagino. Para mi es peor Ale, porque esto ya es una cosa de locos. En serio, es como si cada pensamiento en mi cabeza, se convirtiera en un capítulo de la historia de mi vida. Un capítulo con mil finales, mil. Mil finales que evalúo, describo, analizo...

-Estas loca. -Bromeó.
-Así dicen, pero ya lo sabías. -Ambas reímos y aproveché la oportunidad para contarle alguna de mis tantas fantasías, sin omitir detalle alguno.
-Eso es algo que tú no harías. -Me dijo ella con una sonrisa, cuando terminé de hablar.

-¡Lo sé! 

-¿Y por qué gorda? ¿O sea, por qué imaginas algo que no harías en la vida real?

-Supongo que es porque cuando fantaseo, no sé, es como si pudiera ser capaz arriesgar sin posibilidad alguna de perder. Ahí no tengo temor de decir qué siento, porque ahí, no hay razón para ocultarlo. Ahí no tengo razones para huir. Ahí están las historias de amor nunca antes vividas, donde no existen corazones rotos, y la posibilidad de que alguna vez te hieran, es infinitamente nula...yo, supongo que es por eso que imagino tanto. Porque en mi cabeza, en mis fantasias, no me pueden herir ni romper el corazón. Eso, eso no existe dentro de mi, dentro de lo que quiero, dentro de lo que pienso. Ahí el amor es amarillo, y no hay cabida para el gris.

En esos momentos nuestros ojos se cristalizaron un poquito. Sí, eran las cuatro de la mañana, estábamos en un restaurante de Caldo de Gallina en la Universitaria, descalzas, sin medio de transporte, y queríamos llorar por razones completamente ajenas a nuestra espontánea situación. Queríamos llorar por mis pensamientos, algo cursis.

-Quiero...quería...llorar. -Dijo Ale finalmente.

-Yo también. -Le dije, mientras daba un largo suspiro.- ...en fin, creo que por eso me fascina escribir, porque necesito sacar todo lo que pienso, lo que sueño ya que de no ser así...con esta cabeza que tengo, me volvería completamente loca.

Y dimos nuestra última risa dentro del restaurante, mientras pagábamos la cuenta, rumbo a casa, sin idea alguna de cómo llegar. 

Sólo las dos, por el mundo...como si fuera algo nuevo.

Cuando las expectativas son una mierda...

...el mejor remedio es tener a tu mejor amiga toda la noche.

Ahora, estamos teniendo un deja vu de conversaciones pasadas con Ale,  y es increíble como el tiempo pasa, como las cosas cambian, y como algunas siguen estando en el mismo lugar en que las dejé.
O en que las dejó, o en que las dejamos.

Esto es divertido, sí, pero igual, las expectativas son una mierda, y más si tienes una cabeza como la mía, como la suya.
O como la nuestra.

Una cabeza llena de planes buenos, y no tan buenos, como los míos, como los suyos.
Como los nuestros.
Sí, exactamente como en los viejos tiempos, sólo que con un nuevo protagonista en mi historia, y los mismos problemas existenciales que suelen a acosar mi vida. Su vida.
Nuestra vida.

Esta será una de esas noches, donde no pegaremos el ojo, en lo absoluto.

05 febrero 2010

¿Y los buenos tiempos que nunca se han de borrar?

Sabía que este día tarde o temprano llegaría. Y la nostalgia de ex-alumna, al parecer no demoró en tocar mi puerta.

Siempre pensé cómo sería extrañar el colegio, sin embargo hoy puedo decir que el sentimiento que te albarga envuelve todo, y a la vez nada. 

Todo, porque sabes que ya no te levantarás a las cinco y media para ir al colegio. Ya no renegarás con las mil tareas y la poca comprensión de profesores mediocres, o no mediocres. Y la más importante, porque ya no compartirás ocho horas diarias con aquellos que se ganaron una parte de tu corazón once años de tu vida.  Ya no crearán recuerdos con uniformes, ni travesuras en salones. Simplemente eso ya no existirá.

Sin embargo, a la vez te alberga nada, porque simplemente no lo has terminado de asimilar. Bueno, al menos en mi caso, siento que llegará marzo y esperaré los primeros días, para vestir mi uniforme, imaginaré mi décimo segundo primer día, y los reencuentros menos esperados, las bromas que jamás oiré, y profesores que nos vuelven a recibir con una sonrisa.

Sí, a veces mi imaginación puede más que yo, y por esa razón se que esperaré los primeros días de marzo y que la nostalgia estará más latente que nunca, esperando algún indicio del Colegio América, alguna llamada de alumna, algo ,simplemente algo. 

Aún cuando sepa que aquellos días, se irán con la rapidez con la que se van los días soleados en lima.

Dejándome el paso libre para una nueva etapa. Nuevos recuerdos, y nuevas noches imaginando, soñando. Pensando, para variar.

Porque hay cosas que la etapa escolar no se lleva jamás.

03 febrero 2010

Sweet kinda something.

He said promise me you'll take it slow
She said dad gotta let me let go.

Siempre he sido una niña de papá. De las que le ponen puchero cuando las resondran, de las que los abrazan cuando menos se los esperan. De las que adoran pasar el tiempo junto a él, ver películas de disney, llorar, compartir, escuchar anécdotas sin fin. Y finalmente, de las que lo toman como su mejor amigo, personalmente, como mi héroe.

Siempre he sido una niña de papá, y para él siempre he sido -y seré- su bebé. He ahí el problema, al parecer no le pasé el memo que dice que esta niña ya tiene 16 años, dejó de ser una bebé, y aún cuando puede llegar a ser infantil, tiene que comenzar a tomar en su vida nuevos riesgos, sobretodo uno al que tanto le ha huído, y es el amor.

Él nunca me prohibirá nada, estoy segura, porque me lo ha dicho, y nuestro gran lazo de confianza es increíblemente extenso, sin embargo lo único que me preocupa, es que se que siempre tendrá miedo. Miedo de que me rompan el corazón, miedo de que pierda lo que soy, o su mayor temor, el que me aleje de su lado.

Miedo que ha revivido con mayor intensidad dadas mis charlas acerca de Piero.

Y mientras Upendi sonaba, él, que estaba a mi costado me miró y dijo:

-¿Tú nunca te olvidarás de mi, no? -Con un poco de preocupación en su voz.
-Nunca papi. -Dije sonriéndole, mientras él me abrazaba.

-Qué rápido pasa todo. -Dijo con un suspiro que se llevaba grandes recuerdos de mi infancia, y lo senti así, porque él y yo, hemos vivido una extensa lucha que tomamos año por año. Una lucha que él había ganado, y el premio, era tenerme ahí, a su costado. Su hijita, su bebé, finalmente estaba a su lado, sin temor a no volver a verla.
Sin temores, pero bueno, esas guerras quedaron tiempo atrás, y en un espacio temporal, a la cual mi cabeza tiene prohibido visitar.

-Lo sé...pero deberías agradecerme. Tengo dieciséis, y nunca he tenido un enamorado, enamorado, por mi voluntad.

-Lo se, pero tú que vives enamorada, no comprendo, la verdad.
-Supongo que aún no encuentro a alguien para mi. -O quizás...mentira.

-Se hace larga la búsqueda, ¿No?

-Muy larga.

Y él me dio una tierna sonrisa.

-Encontrarás a varios, ya verás. Tienes una vida por delante.

-Lo sé, solo que a veces tengo la idea de que nadie es para mi. -Dije.

-¿Y tu amiguito, ese que vino el lunes? -Preguntó Gisselle con una sonrisa.

-Estamos, estamos, bueno, volviéndonos a ver. -Dije sonrojándome un poquito.

-Te gusta. -Dijo Paulo.- Te gusta, te gusta, te guuusta.

-Cállate, o te pateo. -Dije bromeando.

-Bah, Mary, a mi me gusta más el que te gustaba antes. -Dijo Mica tirándose en mi chancho gigante.

-No, yo prefiero a este. -Dijo Gisselle, guiñándome el ojo.

-Yo quisiera que te gustara César. Así vendría todos los días y jugaríamos pokemón, wii... -Dijo Paulo.

Yo reí, bastante vendría César a diario, y bastante que vendría sólo para eso, aunque...recordando la otra vez que vino, y se puso a ver DBZ con Paulo, vía youtube...puse los ojos en blanco. Quizás si vendría un par de veces y estaría con Paulo, después de todo.

-Sería tan feliz. -Continuó mi hermanito- Pero te gusta el que tiene skate y no juega wii.
-Cállate. -Dije riendo, bueno, todos reían porque al parecer disfrutaban esta charla tan loca.- No me gusta.

-Si te gusta, si te gusta. -Dijeron al unísono, Paulo y Mica.
-Que no... -Y les tiré la almohada que sostenía la cabeza de mi papá.

Y a los pocos segundos escuchamos todos un:

-Au, ¡María!

Y otra vez mi puchero irresistible de niña engreída. 
Y otra vez su de eterno padre, de eterno héroe.

02 febrero 2010

We're here, till the end.

Enero vino, y mientras yo veía la manera más conveniente de huírle a un viejo amor, ella intentaba arreglar el suyo. Sin embargo, ninguna logró su objetivo, y en el último día del primer mes del año, ambas habíamos perdido la batalla.

Yo había roto mi palabra de evitarlo, y a pocas horas de que él llegara, estaba arrepentida de no haber cumplido lo que algún día prometí. Mientras que ella no había podido arreglar nada, e iba para solucionar lo que parecía ya no tener solución.

Ambas nos enfrentábamos paralelamente, a lo que nuestro corazón quería, pero no podía evitar.

Y aún cuando pensamos que la incomodidad prevalecería este dia, sorpresivamente, la alegría nos tomó de sorpresa, mientras que todo iba tomando su curso natural. Las sonrisas aparecían más seguido, y en alguna que otra ocasión ambas ahogamos un suspiro.

El primer día del segundo mes del año, fue perfecto. Con sus imperfecciones, fue totalmente perfecto. Por lo que el segundo día, comenzó, para variar, con una llamada, y detalles, coincidencias, y risas por parte de ambas. No sé si sea esta conexión rara que tenemos, que cuando a una le va mal, extrañamente a la otra también. Y cuando a una le va bien, a la otra le va igual de increíblemente bien.

Supongo que tiene que ver algo con una mezcla rara de nuestro ADN, locura de secundaria. O quizás que somos mejores amigas, y creamos esta conección a diario mientras compartimos nuestra vida entera. Vida que ahora se encuentra feliz.

Aunque se dentro de mi, que no falta mucho para que los problemas intenten atacarnos, sin embargo nos tenemos la una a la otra, y como el primer mes del año, lograremos darle un par de patadas, alguno que otro puñetazo y podremos superarlos.

Ahora evitare pensar en ideas locas, posibles dramas, y problemas aún no existentes, ya que febrero llegó, y el mes del amor nos recibe a cada una, con una sonrisa de oreja a oreja. 

01 febrero 2010

Promete que regresarás, mañana.

Sus ojos.

Eso fue lo primero en que pensé en cuanto lo vi llegar.

En ese momento las ideas que había tenido acerca de, sin querer, ser capaz de sabotear un buen momento a su lado, se habían ido. Las ideas de que todo sería muy aburrido, desaparecieron, como también el sueño que tuve, donde al momento de saludarlo y decir su nombre con una sonrisa practicada horas antes frente al espejo, lo miraba, y decía su nombre. Felizmente que antes de llegar al clímax del caos, mi mamá me despertó. Así de rápido, cuando sus ojos llegaron, mis dudas se fueron.

Y aún cuando debo admitir que se que me sonrojé un par de veces antes de agarrarle la confianza debida. Un par de minutos después la química fluyó como el amazonas fluye por nuestra selva. Sencilla, y mágicamente.

Él se sentó en el sofá, y me dio el helado prometido. Un pezziduri que esperaba fuera tricolor, sin embargo me sorprendió al ver que era sublime. Y digo que me sorprendió porque aún cuando me gusta el helado, el de chocolate, sinplemente, no. Sin embargo, creo que fue que lo probé con él, lo que hizo que tuviera un sabor especial. (Aparte de echarle como que medio paquete de grajeas).

Piero. -Dije con una sonrisa.- Tengo una mala noticia...

¿Cuál es?

 Eh, mi papá me llevó a ver Avatar el viernes.

Ah, no te preocupes, ya la he visto también.

¿En serio? Entonces, podemos ver la peli que quiera?

Claro.

Tengo la película perfecta, te hace llorar, te hace reír, te hace sentir...es es...

¿Adivinan cual es?

He visto The Notebook unas diez veces, sin mentir. Sin embargo esta vez fue diferente porque la vi con alguien diferente. Su sentido del humor la hizo diez veces entretenida, y aunque esta vez no lloré, cada segundo valió la pena. Porque reímos, bromeamos, hablamos...inclusive llegamos a tocar esas épocas, con toda la naturalidad del mundo. Me llegué a sentir muy cómoda, aunque debo admitir que cada vez que lo veía fijamente a los ojos, me perdía un poco, me desorientaba.

Había olvidado esa chispa tan propia que solía tener, esa aire a saberlo todo. Ese aire tan, tan único.

Pero el hechizo no es eterno, o al menos a mi no me gusta así. Desorientarme mucho, quedarme perdida en sus ojos. Eso, eso me hace sentir frágil al momento, y siempre he odiado esos momentos de vulnerabilidad. (Que siempre terminan en una discusión, para variar. Exceptuando esta vez claro, que su buen humor camufló mis ansias).

Después que terminó de The Notebook, vimos I love Money, nos reímos, hicimos zapping y luego nos quedamos viendo The Bing Bang Theory. Seguimos riendo, hasta que llegó el momento de salir al gimnasio.

Él se fue con su skate en mano, y la promesa de regresar la próxima semana. Una sonrisa en mano, y su magia en mi.

Le duele la cara, de ser tan mono.

¿Saben qué es lo mejor de un mal día?
Tener un amigo que lo haga bueno.

Él estuvo en mi lista de amores, sin embargo, creo que dentro de mi siempre supe aún cuando no lo quería en mi vida de esa forma, lo quería en ella. Simplemente quería que estuviera en mis días, aún cuando al principio sonara una de las ideas más egoístas jamás ocurridas en mi cabeza. Sin embargo, ahora que todo esta claro, ahora que los sentimientos pasaron. Ahora que sabe qué siento, y ahora que sé que no siente, él sigue escurriéndose en mis días como un gran amigo. Una gran persona que me aconseja y me ayuda a batallar contra la tristeza, en días como estos donde mi corazón queda con un par de moretones. El es de esas personas que necesitas a diario para subsistir, de esas personas que te roban sonrisas públicamente, y no sólo cuando estás en tu cuarto recordando algún buen momento.

Él es completamente bromista, un poco menos gracioso, algo sentimental, mucho más fastidioso, un payaso total, un mono.

Él es como el hermano mayor que siempre quise tener.