29 mayo 2011

Karma

Esta es una historia real, le sucedió a la amiga de una amiga.
Mentira: le sucedió a mi mejor amiga.

El año pasado, ella estaba camino a encontrar el verdadero amor y él, sin piedad, rompió su ilusión. Este año los papeles se cambiaron: ella lo superó; él recayó.  

Ahora él la busca para regresar, pero ella sólo busca perderlo. Ahora él la quiere de vuelta y ellas sólo quiere que él se de la vuelta. Ahora es el antes que hoy él sueña y que, de igual forma, ella había soñado... hace un año. Sí, por parte de ella la química caducó, la magia se perdió y la oportunidad de un cuento de hadas venció. Y aunque estoy segura que él se arrepiente con cada parte de su ser, no hay nada que hacer: ironíco, sarcástico y, completamente, satírico, el Karma llegó. 

Y no importa cuánto se desee, no hay nada que le pueda decir adiós.

Yo no creía 100% en su existencia; sin embargo, ahora no sólo creo y afirmo que existe, sino que me atrevo a decir que existe, vive y, para colmo, lo disfruta.

Sí, el Karma ama su trabajo. Ama golpear  a los demás con el mismo puño con el que ellos alguna vez golpearon. Ama que las personas se den cuenta que la cagaron, siendo ellos mismos, los que terminen cagados.

El Karma te paga con el mismo billete falso que le pagaste al destino y te golpea en la misma mejilla en la que tú golpeaste.

Así es el Karma: correctamente desgraciado.

Así que piensen bien lo que hicieron, lo que hacen, y lo que harán. Tomen sus precauciones: no rompan corazones porque, a la larga, sólo romperán su corazón.

Y créanme que contra los males del Karma y el amor, no hay remedio que amortigue el dolor.

28 mayo 2011

Tu aprendiz

¿No te das cuenta? Dime, mamá, en serio ¿No te das cuenta? Estoy aquí, a tu lado. Estoy aquí, a tu costado.  Aquí, aquí, maldita sea, aquí estoy para ti. Bailando por tu cuarto, cantando en voz alta, saltando en un pie... y todo para que te des cuenta que aquí, a tu lado, estoy; que aquí, al frente tuyo, existo; y que aquí, al menos por dos días a la semana, vivo.

Aquí estoy mamá, otra vez, como todas las veces, pero tú, en tu burbuja de amor, no te das cuenta. No te das cuenta que me estás convirtiendo en aprendiz del rechazo y en fiel apóstol de la frialdad. No te das cuenta que, tal vez, ya sea demasiado tarde para tí, para mí, para nosotras. 

Porque las secuelas de tus actos ahora viven en mi: fría, cuando mi corazón necesita calor; indiferente, aunque por dentro todo me queme. Mira lo que has creado mamá, un frankeinstein de la inestabilidad. Una loca bipolar.

Una hija que te adora con cada partícula de su corazón, pero que, inevitablemente, se cansó de estar detrás tuyo, y que tú no te des cuenta de su mínima existencia.

Yo te amo, pero ya no puedo. Yo... no puedo, má. Lo siento, le marcaste línea de partida al resentimiento eterno y no hay árbitro de carrera interesado en detenerla.

27 mayo 2011

Felichidad

Yo nací errante, crecí errante y vivo errante.
Yo tengo dos familias disfuncionalmente hermosas, hermanos únicos y amigos de los buenos.
Yo vivo en el norte, pero siempre termino regresando al sur.
Yo visto lo que salga más rápido de mis cajones, sin importar color, ni sentido.
 Yo no soy normal; sólo soy yo: con risas, cosquillas, sonrisas y juegos; con mal humor, bipolaridad e inestabilidad.

Así yo soy yo.  Y en días como hoy, siento que no me falta absolutamente nada para ser feliz.

25 mayo 2011

Yo NO caí del cielo

Chico de la guitarra en mano, hoy cruzaste mi mente.

No de la manera romántica de antes, ni de la manera indecisa, problemática y, totalmente, inestable del después. Hoy, tú simplemente cruzaste mi mente y yo no pude evitar sentirme como un pecador reviviendo la noche del pecado: con tristeza y culpa.  Porque  esa noche yo pequé contra la moral y mi pecado fue el clavo que hirió, en vivo y en directo, tu corazón.

Sé que aún te debo una explicación, así que en algún momento, en algún lugar, cuando la universidad me de tiempo para respirar, tú me verás llegar: dándote una explicación y disculpándome con tu corazón, por el clavo que lo hirió y la falta de respeto que lo abofeteó.

Y lo repito una y otra vez, así me odies, así no lo sepas, así ni lo quieras oír: lo siento. Lo siento y una vez que te lo diga, y una vez que lo oigas, tranquilizaré mi consciencia, quizás me odies un poco menos y, finalmente, cada uno seguirá con su vida, con su propio camino, muy separado del otro.

22 mayo 2011

Scissors

Dicen que lo peor después de una reunión etílica es no recordar qué pasó, pues se equivocan: lo peor es recordar sólo fragmentos de algo muy malo que pasó. Como ayer, como hoy. 

El karma me pasó factura y se cobró con intereses mi corazón.  Lo sé, pero, sobre todo,  se que no sólo me lo merecía, sino también, que yo lo busqué. Cada fragmento de aquella noche, yo tracé mi destino y, bajo la influencia del alcohol, no fui la manzana de la copa del árbol, ni la princesa que olvidó su zapato; por el contrario, fui la  manzana que cayó rápidamente del árbol, y la princesa que persiguió su zapato.

Fue mi error y hoy, al mirarme al espejo, no reconocí a la chica de ayer. Porque mi esencia, ayer, se perdió; porque mi esencia, ayer, desapareció.
Porque yo me perdí, pero hoy me encontré.

Y se que no soy perfecta; por el contrario, soy una de las personas más imperfectas existentes en la faz de la tierra: despistada, loca, bipolar, insegura, indecisa, ansiosa, inquieta y miles de millones de defectos más. Sin embargo, se  lo que valgo: mucho más de lo que pareció esa noche.
Yo lo sé y eso me basta y sobra.

Cobré mi karma y ya todo pasó: bailé bajo los efectos del alcohol y ya nadie puede retroceder mis pasos o quitarme lo bailado.
Sí, me equivoqué; sí, erré, pero la vida esta para eso: vivir, cometer errores, aprender y, sobre todo, no volver a repetirlos. Mucho menos, después, de que ni ganas tienes de volver a repetirlos. Mucho menos, después, de sentir que ya no quieres volver a repetirlos, porque no. Simplemente, no.

Y ya se cual nunca más volveré a cometer, aunque se que cometeré muchos otros y, si, estoy  lista para equivocarme, porque estos errores tendrán nuevo nombre.

15 mayo 2011

No, no, no.

No fui con la idea de caer en tentación; sin embargo, caí. Lastimé un corazón ajeno e, inevitablemente, dejé que el mío se llevara por el momento.
Por ese momento con cada minuto... a su lado.

Error. Gran error.

12 mayo 2011

Free little bird

Soportar a mi mamá y sus problemas: 1 litro de paciencia.
Dejar ir a un buen chico: 1/2 taza de coraje y una gota de poca química.
Estudiar para parciales: 3/4 de compromiso.
Rechazar salidas familiares: 1 cucharada de fuerza de voluntad.

La libertad que siento en estos momentos, no tiene precio.

08 mayo 2011

Feliz día má...

Pude haber escrito de ella. 
Pude haber escrito de ella y de su valor al aceptar tenerme cuando apenas cumplía veinte. Pude haber escrito de ella y de la fuerza con la que me crió durante catorce años de vida. Pude haber escrito de ella, coraje reencarnado en mujer, madre ejemplar, eterna luchadora.

Y sí, en su día, yo pude haber escrito de ella; sin embargo, a la hora de la hora, mi inspiración migró. Y lo peor es que no fue por mi, es que fue por ella: mi madre. 

Por ella, yo fui incapaz de escribir de ella. Y es que ¿Cómo escribir de ella y sus te amos, cuando este día sólo sentí sus rechazos?

Cómo, mamá, cómo. ¿Cómo puedo escribir de un día de la madre que ni me permitiste darte?

Y tú, ¿Cómo excusas lo inexcusable? ¿Cómo excusas la preferencia incondicional que le tienes a quien no comparte ni una gota de tu sangre? ¿Cómo...? Maldita sea, mamá, dime cómo. Necesito que me lo digas, porque yo te amo, pero no comprendo tu raciocinio; sólo entiendo y siento tu rechazo. Porque  así es como me sentí en todo el día: rechazada... y yo que te amo tanto. Sin embargo, ya lo sé: mi amor no es suficiente. No cuando tú lo amas más a él: al quinto amor de tu vida, a tu tercera media naranja, a tu futuro esposo por decimocuarta vez. No lo es, cuando lo prefieres más a él. No mi amor no es suficiente menos cuando el día en que recuerdas lo que eres, te olvidas de mí y lo recuerdas a él.
Es el segundo domingo de mayo, má, no el catorce de febrero ni otro día para clichear del amor.

Es el día de las madres, es tu día y es por mi. Porque me trajiste hace 18 años al mundo y aprendiste el significado de cada letra de mamá conmigo, en cada pañal sucio, en cada biberón que rellenabas. Ser madre lo entendiste conmigo, no con él. Él no tiene tu ADN, él no comparte tus genes. Él no sabe qué es conocerte por 6570 días ni sobrevivir a cada uno de ellos,
Él, simplemente, no y, sin embargo, hoy lo volviste a preferir, como siempre.

Hoy me dejaste afuera de tu vida, con rosas en la cara y la alegría marchita. 

Y dolió, pero ya lo entendí: no soy yo, eres tú.
No soy yo, eres tú: siempre has sido tú, aún cuando piense que muchas veces fui yo, siempre fuiste tú. Disculpa que me veas llorar, es que no estoy acostumbrada a terminar con mi mamá. Disculpa si arruiné tu día, ahí te dejo a solas con el con el único amor de tu vida. Discúlpame má, sabía que no debía mendigarte amor, menos cuando ya lo vendiste al por mayor. Discúlpame... sé que es tu día, así que dejaré las cartas a un lado, tiraré los chocolates al tacho y caminaré directo a la puerta. Abriéndola para él; cerrándola para mi.

Espero te guste tu regalo: sólo costó tres cuartos de corazón.

Ah, y casi lo olvido: feliz día má...pude haber escrito de tí hoy; iba a escribir de ti hoy, pero a este cuarto de corazón que quedó, se le fue la inspiración.

06 mayo 2011

Exiliada.

Había olvidado cómo se sentía tener una avalancha de palabras descendiendo por tu  garganta y todo un río de nervios recorriendo cada centímetro de tu cuerpo. 

Había olvidado lo mal que a veces se sentía hacer lo correcto y lo bien que a veces se sentía pensar en hacer lo incorrecto.

Lo había olvidado, pero hoy, cuando nos vimos, lo recordé. Teniéndote al frente mío, lo recordé y, maldita sea, no fue fácil; no lo es, no lo fue y no lo será jamás.  El saber que no pudimos, podemos y, quizás, nunca podamos seguir el mismo camino que alguna vez soñé, siempre será difícil porque te quise. Sin embargo. la corriente de problemas personales mezclados con mi poca cordura mental y la escasez de química que últimamente nos arrullaba me jaló hacia un rumbo contrario al tuyo.
Completamente contrario, querido mío.

Y aquí estoy yo: exiliándome de tu vida, otra vez; repitiendo el adiós que prometí no repetir; haciéndole caso al 1% de cordura, dentro mío, cansada de tanta inestabilidad; revisando una y mil veces la química vencida, entre tú y yo; agradeciendo tu eterna paciencia, aún cuando no la merezca; y  dejando las marcas de mis labios, una última vez, en tu mejilla.

Me gustaría poder decirte hasta luego; sin embargo, tú y yo, sabemos que este adiós no tiene ansias de un regreso.

Discúlpame, otra vez, hay cosas que ya soy incapaz de controlar...
y adiós.

02 mayo 2011

Y yo siento frío, pero no frío de invierno, sino el frío que, ahora, se interpone entre tú y yo; sin embargo, ya lo dije, lo diré y lo seguiré diciendo: esa promesa, ese préstamo y ese pacto no los voy a romper.

Así el frío congele mi corazón, no lo haré, te lo prometí y lo cumpliré.