06 agosto 2011

Sábado fishero I

Esta es una historia que si quiero recordar, así que la contaré, pero seré breve.

Fish. Amigos. Previos inesperados en la casa de alguien inesperado. Dos rones en cuarenta minutos. Llegamos a fish tarde. Entro con el alguien inesperado y él se comporta como todo un caballero. Cervezas. Bailes. Habladurías. Yo me desaparezco y él también. Pasan las horas, nos encontramos. Pasan minutos y con mis amigos nos vamos.

A su casa.

Alguien vomita, yo lo busco. El inesperado me encuentra. Termino en el cuarto de su papá. Me quiere besar. No atraco. Hablamos de la vida. Reímos. Me hace cosquillas. Me tengo que ir.

Me paro y digo que me voy.

Él quiere llevarme en carro. No lo dejo. Me acompaña a tomar taxi. No me niego. Hablamos, reímos. Quiere pagarme el taxi... odio que siquiera lo mencione. Se lo digo. Él menciona algo de salir a comer y yo sonrío. Saca dinero y luego esperamos al taxi. El taxi no llega y, de repente, el me señala el cielo: "Mira, ahí vivo". Ilusamente miro.

No ilusamente, él me da roba un pico.

Le tiro un puñete en el hombro y siento que me sonrojo.

Llega un taxi, lo paramos y me voy. Sonriendo, me voy.

01 agosto 2011

Solo sé que nada sé

Sé que no escuchas mi canción, ni que preguntas por mi voz; sé que no cruzo por tu mente, ni cruzo por tu corazón.  Lo sé, yo lo sé, pero en noches como esta donde la música cesa, mis pies descansan y el cansancio llama, tú estás más latente que el tic tac de un reloj.

Y sé que esto pasará cuando la música comience, mis pies bailen y el cansancio cese... pero, mientras tanto... solo sé que, particularmente hoy, nada sé.