-Creo que...creo que me estoy arrepintiéndo, en serio, yo, eh, creo que no debí hacerlo.
Ella hablaba de un sms, y yo sentía el dejavú de errores pasados. Cómo es la vida de irónica que te enfrenta a recuerdos que quizás tiempo atrás rehuías, porque te complicaban tus días, te agotaban al máximo y te dejaban completamente vacía.
Y si algo he aprendido es que la vida puede no ser complicada. Al menos no para ese lado espontáneo de María Claudia. Ese que arranca lo que le hace daño, como arranca hojas de papel, con facilidad, cierta torpeza, rapidez, y lo lanza sin vacilar, bueno eso siempre se permite un par de veces, a la carpeta de emociones inservibles.
Sin embargo no sabía cuán complicado puede ser arrancar un papel para algunas personas. Ya sea por el contenido, la antiguedad, o la costumbre. Aunque no entiendo como algo que quieres, puede llegar a lastimarte, lo sepa o no, ¿En serio puede causar tan impacto en ti? ¿O es el masoquismo necesario para una vida de tortura e inestabilidades? Quizás sí, quizás no, yo creo que esta dentro de ti, si quieres avanzar de capítulo, para completar tu historia.
Aún cuando aquella página narre las más tiernas historias, ¿En serio piensas quedarte estancado releyendo versos que nunca fueron? Yo, yo no podría.
-Esto es algo que nadie a visto. -Susurró ella, trayéndome de nuevo a la realidad, bajándome de la nube de pensamientos que me invadían.
Por unos segundos no supe qué decir, sin embargo di un largo respiro y saqué las palabras como venían, cursis, patéticas, en ocasiones perfectas y en otras imperfectas.
-Tú no te mereces esto. Tú vales más que una herida que te recuerde que el sentimiento te venció, porque eso te hace daño, y más al cariño que tienes que sentir por ti misma. Ese que tiene que ser más grande que cualquiera. Ese que te tiene que dar el valor para olvidar lo que tienes que olvidar y arriesgar oportunidades que quizás veas que valen la pena. -Respiré, iba a ser fría, sin embargo tenía que hacerla reaccionar- Él es una oportunidad que no lo vale. O quizás sí, pero no para tí, porque tú mereces comenzar una historia de linda, de amor, con sonrisas, y no peleas. O bueno, sí, un par de peleas, porque no hay nada perfecto, porque las peleas te hacen sentir... -La miré, y miré la herida- No peleas que terminen mal, sino peleas que terminen en besos. Con un príncipe, y no la rana que él aparente ser cada que te ve vulnerable. -Me ganó la cursilería- Tú te mereces a alguien que sepa enamorarte cada día un poco más, no un idiota que te enamore cada día un poco menos. Tú te mereces por ti eso, mereces un final...por lo menos un comienzo feliz. Y para encontrarlo, tienes que dejar de buscarlo en quien no lo es, y centrarte en ti, en tus pasiones, en la música en las palabras...
La podía mirar, y ver cómo se inchaban sus ojos. Sólo dije un par de palabras más hasta que la señora se detuvo en mi casa.
-Tú historia ya llegará, algún día.
Y sonreí. Creo que todas merecemos una historia de amor,que nos haga soñar, suspirar, y pensar que en algún lado de este inmenso mundo se encuentra aquel que nos robe la realidad, y nos haga volar al sétimo cielo.
Quizás yo ya esté comenzando esa loca historia.
O quizás comenzó hace tres años.
Quizás comience de acá a un par.
O quizás deba dejarme llevar por la corriente que me guía hacia él.
Quién sabe.