Llovía mientras caminábamos bajo aquella lluvia por las calles miraflorinas. Aquellas que nos vieron buscar un menú de siete soles, comerlo y disfrutarlo. Aquellas que nos vieron correr por Starbucks con galleta en mano. Aquellas que fueron el preámbulo perfecto para un encuentro casual e imperfecto. Sí, aquellas calles que escucharon las risas más explosivas y las seudomaldades más buenas del día. Aquellas calles miraflorinas que, bajo los pies de aquel par de locas, hicieron la fórmula de hippides y amistad perfecta.
Bajo la lluvia que todos veían, estábamos nosotras; bajo la lluvia que nadie veía, nuestros más dulces y recógnitos secretos: familias algo disfuncionales, amores pasajeros, amores duraderos. Todo aquello que nadie podría descifrar en nuestro rostro. Todo aquello que cada persona en la faz de la tierra carga dentro suyo. Todo aquello que sabemos existe, pero, en muchas ocasiones, ignoramos.
Paró de llover y nosotras nos despedimos de aquel frío malecón miraflorino y de la lluvia que había sido testigo de cada parlamento de aquel guión tan espontáneo y divertido que escribimos de improvisto.
Paró de llover y terminamos en mi cuarto, conversando de la vida, para variar. Paró de llover y ella se fue. Paró de llover y llegó mi papá. Bajo la lluvia que ya nadie veía,estábamos los dos conversando de la vida.
Llegó mi familia. Vimos una película. Reímos. Jugamos. Conversamos.
Y bajo la lluvia que ya no estaba y que nadie veía, en esos momentos, me di cuenta de lo afortunada que soy. Un par de hermosas familias, hermanos no sanguíneos, increíbles amigos... y me tengo a mí. A mí que aprendí a apreciar quien soy, a mi que aprendí que la persona que esta frente al espejo, con virtudes y defectos, es imperfectamente imperfecta.
Y eso esta tan bien.
Y eso esta tan bien.
Sí, bajo la lluvia que nadie ve, hoy me siento feliz. Increíblemente feliz! Mírense al espejo, dejen un día para todas aquellas cosas que muchas veces dejan ir.
Disfruten, vivan.
Amen, sientan.
Sonría y sean felices. Hoy yo lo fui y una vez que sientes que eres realmente feliz... realmente feliz, tu vida cambia. Y en esos segundos, sientes que estás bailando bajo la lluvia, con todos aquellos que nunca dejarán de estar en tu vida.
Y es así como bajo la lluvia que nadie ve, que ustedes serán felices. Completa y puramente felices.
Disfruten, vivan.
Amen, sientan.
Sonría y sean felices. Hoy yo lo fui y una vez que sientes que eres realmente feliz... realmente feliz, tu vida cambia. Y en esos segundos, sientes que estás bailando bajo la lluvia, con todos aquellos que nunca dejarán de estar en tu vida.
Y es así como bajo la lluvia que nadie ve, que ustedes serán felices. Completa y puramente felices.