Despues de ayudar a terminar la tarjeta a Jose, ayude a Arturito, jugamos un rato y luego bajamos estuve jugando tambien volley con unas amigas contra las chicas recontra super mega archi preparadas en volley, y no basta decir que nos ganaron, con verguenza, pero fue un momento divertido..luego fui a jugar fuutbol, arturito nos miraba y sonreia, reímos, metimos gol, reímos, aún tengo la escena en mi cabeza, y despues de unos minutos mi papa me recogio
Al entrar al carro vi su cara de cansancioo por irme a recoger, mire al reloj y pense que cada minuto que pase ahi con ellos jugando y ayudandolos valio la pena, cada segundo, y la mejor recompensa fue que pese a tooodos los problemas que ellos tienen...son capaces de sonreirnos...
Y es ahora cuando me doy cuenta de que no vamos por ir, sino vamos por que aquellos niños (por mas cursi que suene) han tomado un lugar en cada uno de nosotros, y son parte de nuestra vida.
Y aunque gastemos un sabado una sonrisa suya nos hace ver que todo ese dia no fue en vano, sino todo lo contrario, tal vez, algun dia, deberian probar como se siente esa sensacion extraña que sientas cuando das parte de ti.
Es como magia, buena magia.